1.709 apellidos recopilados y estudiados a partir de las más de 32.000 familias almerienses incluidas en el Catastro del Marqués de la Ensenada, que data de mediados del siglo XVIII, son el origen de un ambicioso proyecto que persigue recopilar y analizar toda la toponimia de la provincia de Almería, tanto actual como histórica. Un proyecto que quedará plasmado, como resultado final, en el libro Nombres y apellidos tradicionales de Almería y su provincia.
El doctor en Filología por la Universidad de Cambridge y empresario en la provincia de Murcia, Robert Pocklington, ha avanzado este miércoles en el Museo de Almería los primeros resultados de este ambicioso estudio en el que están involucrados 25 investigadores.
Entre las curiosidades del estudio del origen lingüístico, histórico y cultural de estos más de 1.700 apellidos, Pocklington ha apuntado que buena parte de ellos tenían origen en otras provincias españolas. La mayoría de aportaciones proceden de provincias del norte de España como Burgos, Asturias o incluso Navarra, pero también de las cercanas Murcia o Jaén.
Y entre las provincias que menos impronta habrían dejado en los apellidos almerienses del siglo XVIII se encuentra Málaga o Baleares.
Conexión Italia-Adra
Además, tras el minucioso estudio de los más de 1.700 apellidos del registro del Marqués de la Ensenada, se deduce que muchos apellidos frecuentes procedían de otros países. Italia, se convierte, en este apartado, en el país de origen de un buen número de apellidos, la mayoría de ellos, además, de familias asentadas en Adra. Entre estos apellidos, Pocklington ha venido a clasificar algunos como Billoro, Bonachera, Morenatte, Viasot, Columna o Bueno.
Otros apellidos de la época procederían de Francia (Bretones, Capel, Duchene, Perceval, Matarín o Cebenes) o de Portugal (Pimentel, Carrasco o Coronado).
Respecto a los apellidos de origen castellano, los hay derivados de nombres de pila (Esteban, Lucas o Mateo, por ejemplo), patronímicos (Lorente, Martínez, Núñez o Martínez, que es el apellido mayoritario en la provincia en esa época donde suponía el 5,4% del total de los registrados) o derivados de apodos (Bocanegra, Botella, Guerra o Maldonado, que quiere decir ‘sin gracia’).
Otros tienen su origen en derivados de oficios como Arráez (capitán de barco) y otros tantos (4%) son de origen indeterminado.
El caso de los Acién
Entre los derivados de otras lenguas como el árabe, Pocklington ha apuntado algunas curiosidades de apellidos como Acién, por ejemplo, que quiere decir ‘hermoso’. De los 600 registros de Acién incluidos en el catastro del Siglo XVIII, más de 400 proceden de la zona de Dalías y donde hoy se ha levantado El Ejido.
Una vez investigados estos 1.709 apellidos, los estudiosos se adentran ahora en los recopilados en el siglo XVI.
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