Agentes de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y funcionarios de la Agencia Tributaria han desarrollado una operación policial conjunta, coordinada por el Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CITCO) que ha permitido la desarticulación completa de una importante organización criminal dedicada a introducir grandes cantidades de hachís tanto en España como en diversos países de Europa y en el norte de África, en concreto, en Libia.
La operación se inició hace seis meses en Melilla por parte de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Melilla, bajo tutela y dirección del Juzgado de Instrucción, Número 3 de Melilla, que esta semana ha levantado el secreto del sumario, mientras que la investigación de la rama de Málaga se inició en diciembre de 2015, bajo tutela y dirección del Juzgado de Instrucción, Número 3, de Málaga.
Fruto del análisis operativo de ambas investigaciones se obtuvieron indicios de la magnitud de esta organización, con células asentadas tanto en Melilla como en Málaga, Lorca (Murcia), Algeciras (Cádiz) y Alicante, donde contaban con ramificaciones que se encargaban de la gestión logística, adquisición y preparación de embarcaciones, almacenaje y distribución del estupefaciente del tipo hachís, tanto en España como en diversos países de Europa, principalmente Francia y Alemania.
Modus operandi
Contaban con dos tipos de procedimientos, el primero en dobles fondos de vehículos que traían de Europa a Melilla, habilitados con dobles fondos donde introducían la droga pasa pasarla bien por el puerto de Melilla y también con salida desde el puerto de Nador (Marruecos), con destino a los puertos de Motril, Málaga y Almería.
Para ello, buscaban perfiles de los ocupantes de esos "coches mulas", que desviasen la atención, utilizando a familias con niños pequeños y realizan análisis de las aprehensiones para utilizar en "los pases", el puerto que más les convenía para su éxito. Una vez la droga en la península, la almacenaban en "guarderías" y desde allí, la distribuían por carretera tanto a diversos lugares de nuestro país como países europeos, en concreto a Francia y Alemania.
El segundo y más importante, era la adquisición de barcos nodrizas, para lo cual primero constituían una empresa pantalla, ponían a personas al frente, documentaban los barcos legalmente para no levantar sospechas y posteriormente realizaban modificaciones en los tanques de combustibles para poder hacerse a la mar en grandes travesías.
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