‘Buscando a Gabriel’, una historia que no es de película

“… Incluso tengo amor para esas personas que lo puedan tener. Si me están viendo, pues ya sabéis lo que tenéis que hacer”. Fueron éstas las últimas palabras que pronunció ayer a mediodía Patricia Ramírez, la madre de Gabriel, en el Patio de Luces de la Diputación Provincial, en una comparecencia a los pocos minutos de que a 8.000 almas almerienses se les encogiera, un día más, el corazón al escuchar a unos padres desesperados.

Con las piernas “temblando” sobre el escenario de la Puerta de Purchena, Patricia y el padre del niño, Ángel Cruz, sintieron “la fuerza y el apoyo” de estos miles de almerienses que son necesarios “para que sigamos en pie, enteros y luchando porque sabemos que Gabriel está todavía vivo”.

En un parque
Junto a familiares y amigos que en estos días “han parado sus vidas” para ayudarles a encontrar al ‘pescaíto’, Patricia y Ángel atendieron a los periodistas con la voz aún quebrada y con la esperanza de que “antes de que esta noche caiga, aparezca en alguna rotonda o en algún parque y caminando hacia nosotros”.

Ellos están convencidos de que su hijo ha sido secuestrado – “si lo que querían era hacernos daño, ya nos lo han hecho” – y si esta noche que ha pasado no se producido esa vuelta a casa, pues será hoy por la mañana. “Confío que va a ser así porque es la única posibilidad que hay y no vamos a manejar otra”.

Ni a Patricia ni a Ángel se les pasa por la cabeza otra hipótesis de lo que ha podido ocurrir desde que la tarde del 27 de febrero el niño saliera de casa de su abuela paterna. La otra abuela, María Luisa Domínguez, la madre de Patricia, contenía ayer como podía la emoción en la primera fila de sillas reservadas en la Diputación. En esta ocasión, los políticos fueron los que escucharon desde la última fila.

“Lo dejará libre”
Sin guardar “rencor alguno” a los posibles secuestradores y sin querer a conciencia hablar de la investigación que llevan a cabo “la mejor gente de España para no poner en peligro la vida de nuestro pequeño”, la madre de Gabriel se mostró convencida de que su hijo “ya se estará ganando a esa persona” y lo dejará libre.

Será la “suerte” que corran Patricia y Ángel, apoyados estos días por otros padres con niños desaparecidos como Sandra Palo, Marta del Castillo y Mari Luz Cortés. “Por desgracia – apuntó el padre de Gabriel Cruz Ramírez – ellos no han tenido la suerte de que vayan a ver sus hijos como va a pasar con nuestro niño, pero sí saben exactamente lo que estamos pasando. (…) Nos parece bestial que esos padres se hayan desplazado hasta Almería”.

“Gabriel, tu abuela necesita verte sonreír. Vuelve” era el mensaje que minuto a minuto captaban las cámaras de televisión y de fotógrafos cada vez que enfocaban al atril donde estaban Patricia y Ángel. El mensaje lo lanzaba un ‘pescaíto’ dibujado en blanco y negro que, a buen seguro, podría haber sido pintado por el propio Gabriel.

Peces y medusas
De este niño se han dicho y escrito muchas cosas en estos días, pero nadie como sus padres pueden dibujar su perfil ante millones de ojos y oídos en toda España. Ayer volvieron a hacerlo ante decenas de periodistas (“no os canséis, que el niño siga en los televisores de todas las casas de este país”). “Le gusta mucho saber cosas de peces, de medusas … Me habla de cosas – rememora el progenitor, emocionado, – que yo desconocía. Por ejemplo, cómo respiran los delfines o las ballenas. Mi hijo, con ocho años, ya me enseña a mí cosas”.

“Autodidacta”, como lo define la madre, Gabriel tiene (en ocasiones se emplea el verbo “tenía”) una sensibilidad especial. “Cuando lo miras a la cara, sabes si necesita un abrazo o que hablemos. No soporta ver a un amigo enfadado con él. Es capaz de pedirle perdón aunque no tenga culpa”. “Si la persona que lo ha cogido lleva varios días con él, seguro que ya le ha cogido cariño”.

Abrazos fuertes
Dando una y otra vez las gracias a los medios de comunicación (se ha creado un grupo de WhatsApp periodistas con cerca de un centenar de profesionales que siguen el caso), a Ángel y Patricia, a Patricia y Ángel, les gustaría abrazar “muy fuerte” a todos cuantos en estos días han cogido vacaciones por anticipado para ayudarle en la búsqueda de Gabriel. “No les ha importado parar su vida como la hemos parado nosotros para encontrar a nuestro pescaíto”.

Pasaban ya muchos minutos de la una del mediodía cuando los informadores abandonaron la Diputación y los otros pescaítos seguían buscando a este niño de ocho años. Nadaban por las redes sociales, por la Puerta de Purchena, por el Paseo de Almería, por el cole de Gabriel, por el instituto donde estudió Patricia, …

Muchos son como Nemo, que volvió a casa…