“En España hemos aprendido a convivir”

Evaristo Martínez Salas, expresidente del Colegio de Aparejadores de Almería

Evaristo Martínez Salas participó en la consecución de la Agrupación Regional de Andalucía de los Aparejadores.
Evaristo Martínez Salas participó en la consecución de la Agrupación Regional de Andalucía de los Aparejadores. Alberto Gutiérrez
Alberto Gutiérrez
23:30 • 22 dic. 2018 / actualizado a las 07:00 • 23 dic. 2018

Evaristo Martínez Salas fue durante diez años el presidente del Colegio de Aparejadores de Almería, que este miércoles asiste a la inauguración de la Plaza de los Aparejadores junto a su sede. Recuerda los primeros años de la democracia en el Colegio y se felicita de que nuestro país “ha sabido sentar en el Congreso a personas de los dos bandos de la Guerra Civil”



¿Cómo fue tu etapa como presidente del Colegio de Aparejadores de Almería?



Estuve diez años, desde 1983 hasta 1993. Por cierto, algo muy curioso de los colegios profesionales y que mucha gente no sabe es que se presentan varias candidaturas a las elecciones y, aunque pierdas, formas parte de la junta de gobierno con el nuevo presidente. Es muy democrático. En aquella época, a principios de los ochenta, existía cierto pique porque había quién pertenecía a partidos políticos y las asambleas tenían cierta polémica. Pero eso fue desapareciendo. 



¿Qué fue lo mejor de ese periodo?



Nos planteamos estar presentes en la sociedad, porque la gente no distinguía entre un aparejador, un arquitecto o un técnico. Me comprometí mucho. Publicamos una revista, iba a mesas redondas, debates sobre el Plan General de Almería, el Plan Bahía, que era El Toyo. Y después fui miembro del Consejo General a nivel nacional. Pero algo muy importante fue la creación, entre todas las provincias andaluzas, de la Agrupación Regional. Hasta entonces, Madrid y Barcelona mandaban mucho, pero al crear la Agrupación se equilibró el asunto.



El Colegio de Aparejadores de Almería celebra en 2019 sus cincuenta años. No habéis sido muchos los presidentes y tengo entendido que tú has destacado.



He sido el que más años ha estado, diez como presidente y cinco como secretario. Me consta que mis compañeros me tienen un  gran respeto y reconocen la labor que hice. El miércoles que viene se inaugura la Plaza de los Aparejadores y eso es fruto del actual presidente, Jesús Lara, y su junta de gobierno. Me da mucha satisfacción.



Ya estás jubilado. ¿Cómo ves la profesión?

Muy sufrida. El aparejador es un todoterreno. Hemos sabido adaptarnos a lo que la sociedad ha demandado. En esta profesión se asumen riesgos muy importantes. Si una vivienda tiene un problema y el promotor y el constructor han desaparecido se echa mano del aparejador. 


Y la sociedad actual, ¿qué te parece?

Hemos mejorado mucho, pero en mi generación terminabas la carrera y tenías facilidad para trabajar. Hoy eso no ocurre. Por otra parte, el hecho de que haya universidades en todas las provincias, que me parece magnífico, ha provocado que haya menos movilidad laboral. 


Cuando llegó el euro lo que valía cien pesetas pasó a valer un euro. ¿Aquello significó un retroceso importante?

Hemos perdido un nivel adquisitivo importantísimo con el euro, que tendrá sus ventajas. Podías salir con mil pesetas y tenías para muchas cosas. Hoy vas a la calle con cincuenta euros y llegas con una vuelta de cinco euros si te descuidas (sonríe). 


¿Qué es lo mejor de España?

Es un país que ha sabido sentar en los bancos del Congreso de los Diputados al llegar la democracia a personas del bando contrario en la Guerra Civil. Antes o eras comunista o eras de derechas. La sociedad ha sabido responder y aceptar nuestra Constitución. Hemos aprendido a convivir. 


En un artículo sobre la autoestima según la edad decía que los mayores de sesenta años se encuentran muy bien por tener estabilidad económica, haber cumplido con su trabajo... ¿Cómo te sientes tú?

Bueno, yo no tengo sesenta años sino setenta y tres (risas). Soy una persona abierta, respetuosa, sociable y poco visceral, no como algunos políticos de hoy... Me jubilé a los sesenta y siete años. Tengo nietos, que te ocupan mucho tiempo y es una etapa totalmente distinta. Por mi afición a la guitarra soy el monitor en el centro  de mayores de Oliveros. Hay que buscar actividades.


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