El twist fue una revolución en los bailes caseros que los jóvenes almerienses organizaban en los primeros años de la década de los sesenta. El twist fue la liberación de los cuerpos, el baile sin corsé, la reivindicación de las caderas, el lenguaje de los gestos.
El twist liberó a las muchachas de su papel secundario en los bailes y las igualó con los hombres. Dos cuerpos moviéndose frente a frente, de igual a igual, espantando la timidez de la época anterior, provocando ese fuego adolescente que permanecía oculto bajo los barrotes de aquello que llamaban conciencia colectiva. El twist puso patas arriba los bailes caseros y con su ritmo provocador cambió las normas. De pronto, los inocentes guateques de comedores y cocheras se llenaron de posturas insinuantes, donde los cuerpos se acariciaban sin tocarse en medio de una locura general. Sonaban en el tocadiscos las primeras notas del ‘Let’s twist again’ de Chubby Checker y de pronto ellas y ellos se levantaban de las sillas y se ponían a danzar siguiendo un impulso irrefrenable.
Poco importaba que por la casa rondaran las madres, siempre en estado de alerta, y los hermanos menores que solían hacer de carabinas para chivarse después. Cuando sonaba el twist un viento fresco y la fuerza de una nueva época se llevaban las viejas reglas por delante. La revolución de aquellos cuerpos en movimiento tumbó muchas de las barreras morales de aquellos tiempos.
El twist no entró por la televisión porque cuando se puso de moda, recién estrenada la década, eran cuatro familias las que tenían tele en Almería. El twist llegó por los discos y los guateques y por las emisoras de radio. En agosto de 1962, Radio Juventud emitía todas las mañanas, a las diez y media, los ritmos de Arthur Murray, uno de los pioneros del twist.
El impacto fue tan grande que no se organizaba una sola fiesta donde la orquesta no terminara tocando un twist. En la feria de 1962 el recatado baile de sociedad que entonces organizaba la Cruz Roja en la terraza del Club de Mar para obtener donativos para obras sociales acabó con el baile del imparable ritmo americano. Aquella noche, el famoso locutor local Álvaro Cruz, ‘Pototo’, fue el encargado de presentar el primer concurso de twist que se organizó en Almería.
Ese mismo verano llegó al teatro Cervantes el célebre cantante ‘El Mejorano’, que iba por toda España con su espectáculo ‘Mi canción es para tí’. Los platos fuertes de la función eran la artista Gracia Montero, que se presentaba como ‘el torbellino del twist’, y un conjunto que se hacían llamar ‘Los piratas del twist’.
Sonaba a todas horas y no había un solo grupo musical en la ciudad que en su reportorio no llevara incluidos varios twists. En julio de 1963, la sala Manolo Manzanilla, que entonces era un local de moda en el moderno edificio Playa del Zapillo, organizaba todos los sábados concursos del twist con el grupo ‘The Ruddy Jazz’, que alternaba sus nuevos ritmos con los clásicos que tocaba la orquesta ‘Los Trovadores’ y el melódico cantante Paco Redondo.
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Eduardo de Vicente