Se define como muy tímida pero su cargo como decana del Colegio de Economistas le ha dado un perfil público con el que no contaba. Experta en economía de empresa, ha pilotado con éxito una etapa de cambios en la entidad colegial.
¿Cómo ha visto evolucionar el Colegio de Economistas desde que asumió la responsabilidad?
El que cogí era un colegio de 300 asociados. Hoy, después del proceso de unificación que tuvimos con titulares mercantiles, somos más de quinientos. Las actividades se han ido incrementando por las propias necesidades que han marcado los profesionales. Nuestra presencia social también se ha incrementado bastante. Atender todas esas cosas al final requiere tiempo.
¿Qué objetivo se marcó cuando se presentó a decana?
La verdad es que no entraba en mis planes. Me sobrevino. Yo formaba parte de la Junta de Gobierno desde el inicio de su creación, en el año 2000. Acompañé al anterior decano en sus tres mandatos y cuando él se fue me lo sugirió.
Sugerencia a la que no pudo sustraerse.
(Risas) Bueno, asumí el reto. La verdad es que encantada. Yo pensé que no iba a ser capaz y aquí llevo siete años, sabiendo que esto tiene fecha de caducidad.
¿No piensa en presentarse a la reelección?
No voy a decir nada ahora mismo. Me he presentado a dos elecciones. Las primeras las gané. En las segundas no hubo otros candidatos, así que salí proclamada directamente. Y en el transcurso de esa legislatura vino la unificación, con lo cual hemos partido de un nuevo período de cuatro años. Nos unificamos en enero del año 2019, acabamos de cumplir el primer año. Ha sido un año con una candidatura de consenso con miembros de las dos juntas de gobierno anteriores.
¿Y cómo está siendo la cohabitación?
Bien, bien. Los primeros meses han sido un poco más caóticos, cuando hablo de caóticos es porque las dos secretarias que había, de cada colegio, por un motivo o por otro, ahora mismo no están, y eso ha conllevado que todo lo que suponía la organización de todo con personal nuevo, ha sido un poquito más complicado.
¿Qué radiografía tiene de Almería como estructura económica?
Yo afirmé cuando salí elegida decana que Almería era una provincia de recursos, y lo sigo pensando. Tenemos mucho de donde tirar. Tenemos nuestra agricultura, tenemos turismo, tenemos la piedra y eso no mucha provincias lo pueden decir. Tener esos recursos nos ha ayudado a salir, a pesar de la crisis y a pesar de muchísimos otros inconvenientes. Nuestra gran debilidad siguen siendo nuestras comunicaciones. Eso indudablemente nos resta mucho en competitividad.
¿Si tuviera que asesorar a responsables de Economía en el Gobierno central o autonómico para estimular sectores, hacia dónde apuntaría?
Para mi indudablemente el primero es el turismo. Es el gran sector perjudicado por el tema de las comunicaciones. Eso nos está condicionando mucho el tener un turismo estacional. Los demás creo que los vamos defendiendo porque somos una provincia muy luchadora, con muchos emprendedores, y con unas empresas que creo que les debemos todo porque han hecho un gran esfuerzo en la época de crisis para adaptarse.
¿Y qué radiografía estándar hace del empresariado almeriense?
Pregunta complicada. Yo creo que es diversa. No es fácil responder a un tipo estándar de empresario.
Decimos como un mantra que el almeriense tiene un carácter muy emprendedor y que aquí de la nada surgen muchas iniciativas. ¿Eso es así?
Sí, y de hecho me sigue sorprendiendo que cuando indagamos buscando candidatos para nuestros premios anuales, todos los años nos sorprendemos del potencial que hay. Por eso digo que el carácter emprendedor caracteriza mucho a nuestros empresarios. Pero es verdad que no lo vendemos, se desconoce. Yo no sé si es por humildad o porque estamos muy cerrados cada uno en nuestro ámbito. A lo mejor parte del problema que tenemos en esta provincia es ir cada uno a lo nuestro, también eso nos ha limitado a la hora de estar donde deberíamos.
¿El emprendedor es una persona que nace o se hace por necesidad?
Yo creo que es una suma de las dos.
¿Se puede educar?
Sí que se puede.
¿Y se está haciendo?
Bueno, sí, sí que se está influyendo más y más. No estoy en el sistema educativo, pero sí vemos que desde edades más tempranas se está promoviendo esa cultura del emprendimiento. Hace dos o tres años le preguntaba a un compañero de mi hija qué iba a estudiar y me dijo, yo quiero ser emprendedor, como si fuera una carrera más. Indudablemente las situaciones de crisis han acrecentado la cultura del emprendimiento. Depende también de qué se entienda por emprendimiento.
¿Qué debemos entender?
Para mí el emprendedor es el que tiene una iniciativa distinta. Muchas veces se dice que emprendedor es un autónomo. Yo no lo veo así. Emprendedor es tener una idea, ponerla en marcha y emprender un proyecto, pero no ser autónomo.
Acabamos de salir de una crisis y ahora hablamos de una nueva recesión. ¿En los estudios periódicos que hacen en Almería qué han detectado?
En Almería hacemos un barómetro, que no se basa en datos objetivos. Es un barómetro de percepciones y es verdad que la percepción en estos últimos semestres ha sido más pesimista que optimista.
¿Tiene mucho de psicológico, porque ese también es un mantra?
No me atrevería yo a responder a eso. (Risas) Pero bueno, al final es verdad que roza la psicosis, los miedos, y eso sí que se contagia. Cuando vemos que las empresas dejan de invertir sin que estemos en una situación real de crisis, ahí tenemos ya cierto efecto psicológico.
El dinero es miedoso.
Bueno, yo siempre digo que hay que ser prudente, pero no miedoso.
Un concepto que se está generalizando es la sostenibilidad. ¿Nuestro modelo de consumo, nuestro modelo económico, son sostenibles?
Yo creo que precisamente nuestra provincia es más sostenible que otras. Por el tipo de economía que tenemos y por los recursos de los que hablaba antes.
¿Tenemos que cuidar más nuestro sector primario, nuestra agricultura?
Creo que sí, porque al final nuestro PIB depende en gran medida de ello y si no lo cuidamos… tenemos que resolver el problema del agua, cómo tenemos que utilizar todos los recursos para que sea sostenible y podamos seguir viviendo.
Hablaba antes de la hipoteca de las comunicaciones, ¿confía en verlo resuelto?
Yo no lo sé, pero… a todos nos gustaría tener un AVE en la puerta de nuestra casa, eso cuesta mucho dinero y hay otras alternativas, hay otros trenes que a lo mejor no son tan rápidos y siempre he dicho que en el tema de comunicaciones deberían considerarnos como una isla. Tenemos un aeropuerto, sigue siendo muy costoso viajar desde Almería. Y a lo mejor tendrían que considerarnos como si fuéramos isleños. Pero, claro, eso a nivel personal, a nivel de empresa no es la solución.
¿El horario español no es un horario productivo comparado con otros países?
Bueno, al final tu bienestar tiene mucho que ver con la productividad. Y cuando yo trabajaba, mañana y tarde, por ponerte un ejemplo, vivía en Roquetas, y había días que me quedaba y trataba de aguantar todo el horario y había un momento en el que no podía. Yo desde luego tengo claro que es antiproductivo el horario español. Pero afortunadamente cada vez más las empresas están tendiendo a ello.
¿En el ámbito de la igualdad y la conciliación, siguen siendo las mujeres las que intentan conciliar?
Yo creo que se está cada vez más igualados, ha sido necesario. Si la mujer ha tenido que trabajar más horas que el marido, no ha habido más remedio que conciliar. A mí me cuesta mucho ver eso, porque por mis circunstancias no lo veo así. Yo estaba casada con un holandés, y es verdad que la mentalidad que hace 24 años había en Holanda, no la había aquí. reo que depende mucho de las circunstancias personales y que afortunadamente hoy en día esas diferencias se están equiparando.
¿Sería aconsejable apostar por un horario europeo?
Totalmente. Y en aquellos trabajos en los que no sea necesario estar presente siempre, y en horario fijo, creo que también la flexibilidad es una gran opción que permite ayudar en la conciliación.
¿Hacia dónde atisba que va el futuro de Almería?
Mi opinión muy personal y en base a la evolución que vemos en nuestros barómetros, desgraciadamente en una linea muy estable. Yo la veo solo un poquito inclinada hacia arriba.
¿Sin grandes crecimientos?
No, no, por lo que comentamos, porque al final estamos muy limitados.
En todo caso, si crecemos poquito será a base de mucho esfuerzo.
Como siempre hemos hecho. Las empresas han sorportado una gran carga de la crisis, siguen estando muy sometidas a una carga social y tributaria muy importante. Queremos lógicamente pagar más a nuestros trabajadores pero el coste social es importantísimo, y el fiscal también. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de las empresas son pymes, el tipo impositivo es el mismo que el de una gran empresa, al final goza de poca deducción y paga un tipo efectivo del 25 por ciento. Eso no ayuda a la creación de empleo.
O sea, que la gran empresa sale de alguna manera mejor parada.
Más beneficiada, sin lugar a dudas.
A ver qué pasa con el nuevo Gobierno.
Vamos a ver, efectivamente, qué nos espera. Estamos expectantes. Hemos tenido años de mucha tranquilidad en cuanto a cambios normativos. Es verdad que con la crisis, cuando entró el anterior gobierno, estuvimos sometidos a muchísimas modificaciones, justificadas en cierta medida por la situación económica que tenía el país en ese momento.
¿Lo que se hizo, entonces, era lo que se tenía que hacer?
Bueno, hay críticas para todo. Creo que fue muy duro, se hizo una reforma muy dura, pero en muchos aspectos creo que era necesaria.
¿Este nuevo gobierno asusta al mundo económico, le crea cierto recelo?
Esa pregunta nos la vamos a guardar para la presentación del barómetro. Porque ahí la hemos planteado, así que prefiero darte respuesta en breve (risas). Sí que tiene impacto, según los economistas encuestados, sí.
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