En casa - Día 23

Malo, mal anda el patio. En cuanto aparecen manifiestos en apoyo o en contra de qué o quien sea, se me abren las carnes. No lo puedo evitar. Te envían la papela por correo junto con el compromiso y dilema. Si firmas te posicionas y si no firmas, también. Y luego, eso, a ver cómo quedas con el remitente, es un agobio. ¿Me tomará por desconsiderado? ¿Por necio? ¿Se sentirá despreciado? Sea como fuere, mi norma es firmar únicamente la documentación del banco y estampar las imprescindibles en organismos oficiales. Lo siento amigo, me entiendes ¿verdad?

Recordarán y si no se lo recuerdo, que un amigo de mi amigo Justo había desarmado pieza a pieza una lavadora. Ciertamente dudé acerca de su reconstrucción, especialmente si me fijo mismamente en mí que siempre me sobra algún resto de lo que sea haya desmontado. Y lo peor es la cara que te queda. Pues el amigo de mi amigo Justo ha encajado la lavadora toda enterita y funciona, y ¡la ha vendido! que es lo más grande. Esto es España, señores. Y como los amigos de mis amigos son mi amigos, lo he puesto en la vitrina de los memorables como Andrés Iniesta, ¡Dios mío!, han pasado diez años de su gol, aquel golazo de un Mundial que gritamos todos hasta la ronquera. Él, Iniesta, cuenta que sintió el silencio en el momento de chutar. Me lo creo.

La luna se puso de rosa. Ella es así, coqueta, presumida, sabedora de los centenares de miles de ojos puestos en ella, entre ellos los míos. Daba gloria mirarla. Pensaba para mis adentros cómo habrían vivido aquellas horas lunares ‎Neil Armstrong y Michael Collins. Por más leídas y escuchas sus charlas, conferencias, nunca terminaré de hacerme una noción completa de sus respectivos sentimientos. 

Roquetas de Mar vive hoy su Jueves Santo. Los cofrades del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Amargura sacarán las imágenes de su Cristo y su Virgen, desde aquí las veo, y luego será el turno de la procesión de Nuestro Señor Crucificado en su Divina Misericordia y María Santísima de los Dolores. Esta noche será el turno de la procesión en Bédar de Nuestro Señor Crucificado en su Divina Misericordia y María Santísima de los Dolores. Ladera abajo, ya en Los Gallardos, la luna dará su luz rosa de color rosa magnolia a la procesión del Nazareno y la Virgen de los Dolores.

Esta ventana mía es mágica, me deja ver lo que quiero ver: la tradición veratense del desfile procesional de la Real y Venerable Hermandad de San Juan Evangelista y Santísimo Cristo de la Misericordia en la tarde noche del Jueves Santo.  La Oración en el Huerto, el Santísimo Cristo de la Misericordia y el paso de palio de María Santísima de Gracia y Esperanza y San Juan Evangelista escoltado por damas con peineta y mantilla. Aire puro de Semana Santa. Desde esta ventana contemplo los desfiles procesionales con la fantasía de quien, yo, sin dudarlo, me quedo en casa.