En plena crisis del coronavirus, la llamada de alerta de un cura confinado ha destapado la rocambolesca historia del asalto perpetrado en la parroquia de San Isidro Labrador, en las proximidades del Hospital de la Cruz Roja.
Agentes de la Policía Local de Almería han arrestado a un varón identificado como J. M. S. de 50 años de edad y natural de Huelva por acceder presuntamente a la vivienda del sacerdote, apropiarse del dinero del cepillo y provocar destrozos en una puerta y en una ventana.
El párroco observó a J. M. S. introducirse en un patio interior tras saltar la tapia y fracturar un cristal. Según las diligencias tramitadas por miembros del Grupo V de la Policía Judicial de la Policía Nacional, el sujeto portaba, al menos, un destornillador de electricista y unas tijeras metálicas de costura con las que forzó la puerta de entrada a la propiedad.
El presunto delincuente buscaba dinero en efectivo y objetos de valor de pequeño tamaño que pudiera transportar con facilidad y vender en el mercado clandestino, aunque apenas tuvo que conformarse con la recaudación de las donaciones de los feligreses guardada en una pequeña caja de aluminio. Un poco de palanca y la pieza saltó sin problemas.
Agazapado en la altura J. M. S. se apropió del dinero del cepillo, un puñado de monedas sin cuantificar, y trató de huir de la parroquia. Sin embargo, una patrulla de la Policía Local de Almería irrumpió en el templo y cortó su camino.
Según fuentes de la Policía Nacional, cuerpo al que se transfirió el atestado, el ladrón optó por la fórmula más difícil en su huida. Subió la escalera y se refugió en la parte más alta del campanario de San Isidro Labrador. Curiosamente el cura no pudo atender a los agentes de la Policía Local por el estricto cumplimiento del aislamiento y se comunicó desde el otro lado de la ventana.
La investigación no supuso grandes esfuerzos. Las pisadas torpes de J. M. S. en el polvo de los escalones llevó a los policías locales hasta el presunto ladrón, agazapado en la altura. Para llegar hasta la torre tuvo antes que romper un pequeño precinto que cerraba una puerta de madera (el candado no estaba colocado) y, más arriba, arrancar una red colocada para impedir el paso de las palomas al campanario.
Zona peligrosa
Los agentes de la Policía Local de Almería descubrieron a J. M. S. tumbado en el suelo, como si durmiera, y maniobraron con calma ante el peligro de precipitación. Una vez a ras de suelo, el varón fue identificado y cacheado para localizarle las monedas y las herramientas.
El Grupo V de la Policía Nacional recibió al detenido, con antecedentes penales, y se ocupó de su puesta a disposición del Juzgado de Instrucción número Cuatro de Almería. Se le acusa de un robo con fuerza en las cosas.
En su historial cuenta con tres procedimientos por delitos contra la salud pública en Cádiz y Ceuta, según fuentes de la Comisaría Provincial de Almería. Fue trasladado hasta el complejo hospitalario de Torrecárdenas para recibir asistencia médica tras su arresto
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