¿Quo vadis, Pedro? ¿Quo vadis, Pablo? ¿Quo imus, Domine? Tal vez, así, en Latín, relaten de una vez por todas todas las verdades, sin cuentos de los chinos que tampoco son mancos en esto de ‘por el mar corre la liebre’. Pausa. Me llega una foto de la rueda de prensa del Gobierno de coalición checo. El primer ministro y sus adláteres comparecen con mascarilla. Como aquí Simón y compañía, igual. Es una simple comparación, sin más. Lo bueno del caso es que cada uno de los checos lleva una mascarilla distinta, casera, porque allí tampoco hay mascarillas suficientes para todos. Reanudo. Llevado por el desasosiego entablo conversación con Minerva, la diosa de la sabiduría.
Otra pausa. Rodrigo Sánchez Haro, portavoz socialista en el Parlamento andaluz, envía un ‘guasá’ con una pregunta: “¿Ha adoptado las medidas necesarias Moreno Bonilla para evitar el contagio en nuestras aulas? Antes de tener ocurrencias el Presidente de la Junta de Andalucía debiera consultar a la comunidad educativa y a los expertos sanitarios para garantizar la seguridad sanitaria de nuestros niños y niñas”.
Reavivo el hilo. Minerva, sabia como ella sola, me suelta que “Venus hija de Urano y esposa de Vulcano, fue la diosa del amor y la belleza. Su belleza hizo que muchos dioses quisieran pretenderla, pero ella rechazó incluso a Júpiter, quien la castigó por este motivo y le asignó por esposo a Vulcano. De todos modos, Venus decidió dejarlo y se unió a Marte, con quien tuvo varios hijos”. La respuesta por peteneras de la diosa me deja atónito. “No sé de qué te espantas”, me dice, “deberíais estar ya curtidos en que os salgan por los cerros de Úbeda. Los que dicen la verdad son los muertos”.
Mi amiga Ángela me hace llegar un vídeo: “Cuando te sientas triste, siéntate, junta tus manos, llévalas a tu corazón”. “Cuando no entiendas nada, prende una vela, un incienso, un sahumerio, llegará claridad a tu alma”. “No hay momento mejor para ser feliz que ahora mismo”. Qué razón tienes querida Ángela. ¿Todo bien? Discúlpame, en este momento Iglesias tiene su momento de gloria. Habla, creo, de los niños. Parece que podrán salir una hora diaria a la calle. De momento no hay rectificación. Escucho a “Metallica Mandolin Orchestra Nothing Else Matters Cover Zupforchester Boris Bagger Michael Rüber”, está en Youtube. Impresionante.
Me distrae un pequeño golpecito en el cristal de mi ventana. Al pronto no he reconocido al vecino, se ha rapado la cabeza. Se le nota con ganas de cháchara. Me asomo, cruzamos saludos, le pregunto por el rasurado craneal. Que comenzó con un pequeño arreglo, le quedó el pelo más largo de un lado, cortó por el otro, se pasó, total, adiós cabellera. Es lo que tiene el confinamiento prolongado, al menos mi vecino no ha perdido la cabeza que, en algunas esferas, comienzan a notarse ya signos de hartazgo de “errores de comunicación”. En estas, me entero del fallecimiento de Marcos Mundstok, miembro de Les Luthiers. Estos sí dicen la verdad. Tengo tiempo de ver uno de sus vídeos porque yo, sin dudarlo, me quedo en casa.
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