En apenas cinco años Rafael Burgos ha pasado de su un novato en política en un segundo plano en la lista municipal del recién estrenado Ciudadanos, a ser diputado provincial y ahora el nuevo coordinador-portavoz de la formación naranja en la provincia. Le toca llevar el proyecto de Inés Arrimadas a los pueblos. Dice que tiene fuerzas para ello.
- Lo acaban de nombrar portavoz de Cs en Almería, ¿se lo esperaba?
- Para mí ha sido una sorpresa, no me lo esperaba. Me llamaron de Madrid apenas una hora antes de la ejecutiva nacional para decirme que estaba propuesto.
Me hace ilusión afrontar un reto de este tipo, que tiene además una gran proyección política, y lo afronto con muchas ganas. Aunque de otras formaciones me han dicho que no saben si darme la felicitación o el pésame (ríe). En realidad esto va a ser un trabajo difícil pero ilusionante para llevar la portavocía y coordinación del partido.
- En los últimos tiempos dentro de su formación se han abierto heridas y creado diferentes sectores. Le va tocar coser...
- Ese es el reto más importante que tengo ahora. En todos los partidos siempre hay divisiones, sensibilidades diferentes, pero tenemos que tener claro que hay un proyecto común por el que luchar y toca hacérselo ver a los afiliados. Estoy dispuesto a ponerme manos a la obra en la costura. Siempre me he considerado un conciliador.
Mi objetivo es despertar otra vez la ilusión entre los afiliados, todos, aunque no es tarea nada fácil. Pero es que este partido no ha tenido nada fácil nunca. Hay que conseguir que la afiliación se sienta representada dentro del proyecto más allá de las sensibilidades y para ello se le va a dar más voz.
- Pero tocará escuchar las críticas, ¿no?
- Nuestros afiliados son especialmente críticos porque vienen de la sociedad civil no de formaciones de jóvenes. Que hay que acoger esa crítica como constructiva, pero siempre teniendo claro que éste es un proyecto liberal y común. No estamos ante un partido asambleario, pero a partir de ahora van a tomar más relevancia los comités provinciales contando con cada coordinador de las agrupaciones. Pero eso sí, quien quiera estar en este tren tiene que tener claro que hay un objetivo único y común. Quien no esté dispuesto a esto, se ha equivocado de formación. Si estás en Cs no eres ni de derechas ni de izquierdas, eres de centro, y hay que asumir ciertas pautas que desde el partido se imponen y por supuesto, los estatutos.
- ¿Es un mensaje a los díscolos? Porque tenerlos, los tienen.
-Aún no me he enfrentado a ese tema. Es cierto que hay diferentes sensibilidades pero la gente tendrá que decidir si son los seguidores de un no adscrito o si quieren seguir en el proyecto (refiriéndose al concejal expulsado de Huércal Overa, José Diego López) . Nosotros tenemos ahora mismo solo una representante de Cs en Huércal Overa, él sigue insistiendo en que su expulsión ha sido injusta y lo ha llevado a los tribunales ordinarios, pero es que no comunicó sus intenciones de participar en la moción de censura. Vas a cambiar el signo y el gobierno de un municipio, sin comunicar nada ni a Sevilla ni a Madrid, y más cuando él apoyó al PSOE en la sesión de investidura. Se arrepintió a los seis meses.
- Volvamos al partido en sí. Da la impresión de que Cs subió como la espuma y que ahora está disolviéndose como ella.
-Uno de los objetivos que tengo coordinador es consolidar la implantación territorial. Necesitamos más representación en los pueblos. Toca analizar quien puede poner esas agrupaciones a trabajar, es casi la labor de un buscador de talentos de fútbol (sonríe). Tenemos que ver y sondear, vender nuestro proyecto porque es necesario para España. En esta polarización actual, Cs viene a resolver esa franja. Somos y tenemos ese espacio.
- ¿Y no cree que les ha pasado factura las guerras internas? Las han tenido en todos los niveles.
- Pasa en todas las formaciones políticas. La gente que está ahora mismo en el partido tiene aspiraciones, está muy preparada y son legítimas. En este partido hay sitio para todos siempre que sea para sumar.
- ¿Qué plazas quiere consolidar?
- Tenemos que afianzar el Levante. Tenemos representación en Vélez Blanco, Vélez Rubio, Huércal Overa y hay que mantener ese peso. Es fundamental Almería y su área metropolitana reconstruyendo Huércal de Almería, actuando en Benahadux, Gádor; o llegar a municipios como Tabernas, Gérgal, Fiñana, Abla.
Además hay que optar por en esos municipios en los que gobernamos y se comprueba la gestión que hace Cs, nos extendamos en la comarca como una mancha de aceite. Es lo que debe pasar con la gran labor de José Juan Martínez en Tíjola, o de Francisco Reyes en Los Gallardos.
También es muy importante afianzar en el Poniente, donde se está haciendo un buen trabajo.
- Usted ya está nombrado. A partir de ahora ¿qué toca?
- De momento soy el único cargo que hay Almería dentro de la nueva estructura y se me nombra a la vez que el resto de los coordinadores provinciales que estamos en el comité autonómico. A partir de ahí se formarán los comités territoriales y hay que ver la situación de las agrupaciones que están muy paradas ya que entre procesos electorales, mordicaciones estatutarias, dimisión de Albert Rivera, la llegada de Arrimadas... Ahora todo eso hay que volver a reconfigurarlo, sacarlo del letargo.
- ¿Va a ser una transición tranquila?
- Bueno, voy a ver lo que me voy encontrando. Es cierto que estaba en la ejecutiva pero no estaba en barrizal de los afiliados y tengo primero que conocer la situación de primera mano. A lo mejor enemigos de ayer a hoy, pero me considero un tío de consenso, que escucha, y espero que esa virtud la pueda aplicar. Hay que ser firmes en la toma de decisiones pero siempre hay que estar abierto al diálogo.
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