Esta es la imagen de una voz que ha entrado en su casa, en su coche o en su negocio durante 30 años a través de la radio y la televisión, sin imaginar que había una discapacidad en él que no le impidió alcanzar el éxito.
¿A qué edad se puso frente a un micrófono?
Fue en 1979, tenía 19 años y fue la experiencia más intensa que recuerdo de mi vida. Empecé en la radio gracias a un amigo que estudiaba Telecomunicaciones. Me propuso hacer un programa. Yo de locutor y él de técnico de sonido. Ese mismo día nos presentamos en Radio Almería para hablar con el director don Antonio Quirós y nos dijo: 'Pues graben ustedes una maqueta'.
Le fue muy sencilla la entrada en las ondas.
Con un cierto sentido comercial grabé un primer programa inspirado en la música pop de los 60, con Los Brincos. Le gustó la idea y nos propuso que el segundo programa fuese en directo. En esa ocasión puse a Deep Purple y, Quirós, muy educado me comentó: 'ponga usted música bonita como la primera vez' (se ríe).
De ahí pasó a Radio Juventud
Tengo que reconocer que a lo largo de los años he ido subiendo en la Comunicación. Sin buscar objetivos me ofrecieron ocupaciones de más responsabilidad.
Claro, como la figura del botones.
Sí, pero yo no empecé de botones. Yo primero fui locutor (se ríe). Antiguamente una persona podía empezar desde abajo y llegar a presidente de un emporio financiero.
Llegó a Antena 3 de Radio y se llevó consigo la movida madrileña. ¿Qué piensa de aquellos artistas de los 80?
El que haya sobrevivido estará tomándose unos calamares como yo ahora (se ríe). Andarán por 62 años. En aquella década la vida iba muy rápida. Acabábamos de salir de una dictadura, éramos jóvenes y con necesidad de sentir y de vivir. Unos habrán reconducido sus vidas, otros habrán caído... Yo me he salvado.
Recuerde una anécdota inolvidable.
Un día que tenía que entrevistar a Serrat subimos juntos a los estudios de Antena 3. Yo estaba muy serio y él empezó a dar saltos en el ascensor para que me despreocupara. Era como un niño grande. Su humanidad me facilitó la entrevista.
Tiene un registro de voz que nadie podría imaginar que es usted almeriense.
Fue el director de Plataforma Publicidad, Enrique Martínez Leyva, quien me fichó para sus estudios de grabación. Me dijo que mi voz era radiofónica, que funcionaba muy bien y que gustaba a la gente. Fue un gran padrino, me hizo afianzarme. Él no me enseñó nada. Yo aprendí observando y escuchándolo.
Y llegó Canal Sur en Almería, en 1989.
Entré de la mano de Manuel Arroyo y un tiempo después, Paco Sánchez, un directivo de Sevilla que me contrató para Canal Sur Radio y Televisión. Me hubiera gustado haberme hecho una foto aquel día. ¡Qué felicidad!. Yo había luchado por pasar a la televisión con mi voz en off.
De ahí al doblaje y a poner su voz en un disco de Sting.
Sí, en Sevilla también trabajé para Alta Frecuencia grabando publicidad y documentales para la televisión y luego pasé al mundo del doblaje. En 1998, con motivo del centenario del nacimiento de Federico García Lorca, el cantante Sting realizó un trabajo discográfico en Andalucía en el que incluyó el poema de Lorca 'El rey de Harlem', que yo grabé con mi voz, y que consta en poder del artista británico.
Su discapacidad en una pierna no le ha impedido alcanzar sus objetivos.
Mi discapacidad no me ha afectado para nada. Otra cosa hubiera sido trabajar en televisión. De hecho no conozco a un presentador que cojee o le falte un miembro. No tienes que darle importancia a una discapacidad porque no te quita capacidad para nada. Yo he desarrollado 30 años de actividad gracias a mi voz.
Usted forma parte del equipo de Verdiblanca.
Es impagable la labor de Verdiblanca, entre otras asociaciones que hay en Almería, por supuesto. Están transformando a gente muy triste en personas felices, normales; que van de vacaciones, almuerzan en los bares y están al aire libre. Antes dependían de sus familias y ahora son autosuficientes porque tienen sus propios recursos.
¿Hay algo de soledad en cualquier discapacidad?
Yo soy una persona de vocación solitaria aunque he sentido el peso de la marginalidad, de lo que sienten los demás hacia mí. Y a veces lo sigo viviendo. En estos últimos años, Verdiblanca me dio la segunda oportunidad que nadie me ofreció. He tenido suerte (sonríe).
Destaque una canción de sus años vividos.
Había una canción de 'Aviador Dro' que se llama 'Ondina', llena de fantasía y me gusta mucho. También Natalia Lafourcade, es una chica muy sencilla. Soy melómano. Me enamoro muy rápido de una canción.
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