Desde este miércoles el comercio no esencial de la capital y la hostería se han visto obligados a bajar la persiana. La ciudad superaba la tasa de incidencia de 1.000 casos por cada 100.000 habitantes y la Junta de Andalucía, de acuerdo con los criterios fijados, ordenada su cierre durante al menos 14 días.
Almería entraba en el nivel de alerta 4, grado 2, con unas restricciones que afectan a numerosos negocios de la capital y a servicios municipales en un intento más de frenar la brusca subida de contagios registrados en las últimas semanas.
Unas medidas que también han llegado a los tradicionales mercadillos semanales. El Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA) del 8 de noviembre publicaba las actividades, servicios o establecimientos que quedan exentos del cierre de este cierre. En ella se establece que se permiten las actividades de mercado desarrolladas en la vía pública al aire libre o de venta no sedentaria, comúnmente llamados mercadillos.
Pero en ellos solo se permite la instalación y venta de productos esenciales, como son las frutas y las verduras. También se pueden ver los puestos de venta de churros.
Sin duda, una imagen poco habitual es la que se ha podido ver este sábado en uno de los mercadillos de la capital más concurridos, el instalado en las inmediaciones del Auditorio Maestro Padilla, en el antiguo Recinto Ferial de la ciudad.
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