“A los negacionistas no les deseo que pasen por lo que estamos pasando”

José Luis Aguilar Gallart, exdirector de Cáritas Diocesano, rememora este año de pandemia

José Luis Aguilar Gallart, exdirector de Cáritas Diocesana.
José Luis Aguilar Gallart, exdirector de Cáritas Diocesana. JA Barrios
Juan Antonio Barrios
07:00 • 13 may. 2021

José Luis Aguilar Gallart, exdirector de Cáritas Diocesana, manifiesta que los cuatro años que estuvo al frente es la mejor etapa de su vida. Considera que la juventud, en su mayoría, está siendo responsable. 



José Luis Aguilar ¿Qué me puede contar de sus años al frente de Cáritas Diocesana? 



Han sido cuatro años felices de servicio a las personas más vulnerables y más necesitadas de nuestra sociedad. Por eso, personalmente le agradezco mucho al señor obispo que me hiciera ese nombramiento. También quiero agradecer a todo el personal con el que he trabajado.



¿Han sido cuatro años difíciles? 



Las personas que prestamos servicio en Cáritas recibimos a muchos hermanos que tienen necesidades, también recibimos a los que nos vienen a traer ayudas, a los que vienen sencillamente a hablar contigo y hay que atenderlos no solo desde la caridad y del amor al prójimo. Cáritas es una de las etapas de mi vida más bonitas y gratificantes. Doy gracias al señor obispo por confiar en mí hasta que yo le pedí el relevo. Cáritas tiene un equipo buenísimo y un director que lo está haciendo muy bien. 



¿Cómo se siente al ver las colas del hambre? 



En Cáritas intentamos siempre cumplir con el mandato de amor del Evangelio. Para nosotros son importantes todas las personas y familias que coyunturalmente necesitan ayudas y también quienes generosamente prestan sus ayudas anónimas. Sin Cáritas y sin una sociedad generosa también sería otra cosa.  



¿Además de la caridad, el secreto de Cáritas puede ser también el escuchar? 

Las personas que hemos pasado por Cáritas y las que están ahora mismo, viven el Evangelio. Tenemos la suerte de ser cristianos y habernos encontrado en nuestra vida con Jesús y crear ese compromiso con Él, que es el compromiso con la sociedad, con el que tiene y con el que no tiene. Siempre necesitamos algo.  


¿Cuándo ve imágenes de gente saltándose las normas de seguridad  como se siente? 

Creo profundamente que tenemos una juventud, en general, sana. Una juventud que tenemos que darle gracias a Dios por ello. Es verdad que aunque veamos una masificación de gente joven, es una minoría. La gente joven está siendo responsable, aunque también hay jóvenes que sólo se dedican a vivir bien, que es una forma extraña de disfrutar. Se nota claramente los grupos de personas que están expulsando a Dios de sus vidas. Cuando digo expulsando a Dios digo expulsando a los hermanos. No tenemos conciencia de que podemos hacer mucho daño. Tenemos que rezar mucho más para que esta juventud también se convierta.   


¿Cómo se siente cuando escucha comentarios negacionistas habiendo sufrido muy de cerca el fallecimiento de algún familia? 

Sencillamente me da pena y no les deseo que pasen por la que hemos pasado nosotros. Mi familia ha perdido dos hermanos y un cuñado que era igual que un hermano. Esto quiere decir que se han quedado un grupo de sobrinos o sobrinos-nietos huérfanos de padres y abuelos. Es un golpe muy duro sobre todo cuando estás lleno de salud y duras cinco días, tres en el caso de mi cuñado o seis días en el de mi hermana . Hay muchas familias que están pasando por lo mismo. Tenemos que ser cuidadosos, respetarnos y pensar en no hacer daño a los demás. Sobre todo, las personas que tienen relevancia en la sociedad tienen que tener cuidado. Ellos pueden no creer en esto, y no pasa nada, pero lo que no pueden es alentar a la gente al desorden, a no cumplir con lo que los organismos sanitarios y los que nos gobiernan nos indican. Tenemos que hacerlo desde la responsabilidad. 


¿La pandemia es real? 

Esta pandemia nos está llevando al desastre social y provocando mucho dolor en la personas y en las familias. La sociedad no pasa por su mejor momento. Unos serán negacionistas, otros tenemos miedo a poder contagiar y contagiarnos, otros a sufrir la enfermedad porque sabemos algunos por experiencia que nos puede costar la vida. Además, sufrimos el dolor de familiares y amigos que fallecen. Todas las familias podemos potencialmente pasar por momentos difíciles. Los cristianos tenemos la suerte de la fe y poder orar con confianza y pedirle al Señor que llegue la normalidad cuanto antes. 


¿Quién ha sido el gran apoyo de José Luis? 

Junto a mi esposa, mi gran apoyo es la fe. Yo me apoyo en Dios. Dios ha sido quien nos ha mantenido y nos mantiene con fuerza. Ahora mismo es un momento difícil que hay que ayudar a los sobrinos y sobrinos-nietos. Lo que no hay en nuestro corazón es odio o desprecio a la gente que no lo hace bien. Sencillamente rezamos para que recapaciten, piensen y lo hagan bien. La juventud tiene oportunidades de aprovechar veranos para irse como voluntarios a los países pobres a ayudarle a la gente. 


¿Pudo ir al hospital a despedirse de su familiar? 

No he podido ir al hospital. Seis días después vimos un féretro que iban a incinerar.

El doctor José Luis Blanco fue quien me dio la noticia de que había muerto mi hermano. El doctor Blanco es como un hermano para mí, un entrañable amigo que falleció al poco tiempo. Me dio la noticia con el cariño que marca perfectamente la relación familiar que manteníamos. Los oídos del Señor están también abiertos para esa gente joven que no cree en Él.


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