El avance de las plantaciones clandestinas de marihuana en los últimos años ha provocado innumerables operaciones policiales en la provincia de Almería. Hoy son comunes las aprehensiones en invernaderos, en naves industriales, en almacenes y cuartos aperos, en garajes y hasta en edificios completos. Pero hubo un principio.
La Operación Choclo, desarrollada por la Guardia Civil en el área metropolitana de la capital, destapó un presunta organización criminal dedicada al cultivo de cannabis a gran escala entre los años 2016 y 2017. El caso aterriza el próximo 19 de julio en la Audiencia Provincial de Almería con una nómina de 20 acusados y peticiones que prisión por parte de la Fiscalía Antidroga que suman, entre todos, 129 años de prisión.
El Ministerio Público imputa a los procesados delitos contra la salud pública, defraudación de fluido eléctrico, usurpación, pertenencia a organización criminal y tenencia ilícita de armas por cultivos en narcobloques de Viator y Huércal de Almería.
La presunta red ubicó sus cultivos de cannabis sátiva en tres tipos de viviendas para aumentar su capacidad de producción de marihuana. Utilizaban inmuebles de su propiedad, alquilados o incluso okupados irregularmente, según las diligencias.
El centro neurálgico de la supuesta organización, según describe la Fiscalía, estaba en el municipio de Viator. Allí, los acusados se habían establecido en ocho de los diez pisos de un bloque propiedad de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb o ‘banco malo). Los inmuebles estaban vacío y parte de los acusados se instaló allí, donde gestionaban una producción notable de marihuana.
Según informó la Comandancia de la Guardia Civil de Almería en febrero de 2017, los ahora procesados sostenían 2.700 plantas de maría en distintas fases de crecimiento. No son muchas en comparación a los resultados de los decomisos más importantes de la provincia, pero entonces mostraban el músculo de las organizaciones en un nuevo y pujante mercado de la droga de moda.
Dinero
“Los acusados se establecían las plantaciones de cannabis sativae tanto en viviendas ocupadas, como en viviendas de su propiedad o en fincas alquiladas al efecto”, expone la Fiscalía Antidroga. “En cada una de las plantaciones constituidas, los acusados, de común acuerdo, realizaban una toma fraudulenta a la red de consumo eléctrico”.
El presunto cabecilla es J. A. C., con familiares también imputados en la Operación Choclo. La Fiscalía solicita una condena de ocho años de prisión por un presunto delito contra la salud pública y un delito de pertenencia a organización criminal.
El propio J. A. C. se le hallaron en su vivienda de Huércal de Almería 84.000 euros en metálico. En un bolso aparecieron otros 11.000 euros y 4.000 euros en una mesa de un garaje.
El mercado europeo
Según indicó la Guardia Civil tras la culminación de los arrestos a finales del año pasado, la producción de marihuana abastecía el mercado en países de Europa como Holanda, Bélgica y Alemania, aunque este extremo no aparece reflejado en el escrito de acusación de la Fiscalía. Los agentes, en coordinación con la Fiscalía y el Juzgado número Uno de Almería, registraron en total 16 inmuebles a finales de noviembre de 2016, como adelantó LA VOZ DE ALMERÍA. Además, durante la investigación los agentes descubrieron también un importante alijo de cocaína, elemento que reflejaba la diversificación de las actividades. La droga estaba oculta en el interior de una bombona.
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