Para los traficantes, el Mare Izabela partió mar adentro como el cofre de un tesoro millonario y regresó a tierra convertido en una trampa flotante, un peso muerto. Una larga madrugada del mes de octubre, en la profundidad de las aguas internacionales, el yate perdió el motor. Los nueve metros de eslora quedaron a merced de las olas y los dos marineros se lanzaron a los brazos de Salvamento Marítimo en su particular asalto. Una moneda al aire. La bolsa o la vida. Quisieron las dos.
Como si los tripulantes de la Salvamar Spica no supieran distinguir entre una vía de agua y una embarcación sobrecargada, los traficantes reclamaron el remolque disimuladamente sin mencionar la baja línea de flotación. Cuando ambas embarcaciones entraron por la bocana del Puerto Deportivo de Aguadulce, aquel mediodía del 21 de octubre de 2020, el entorno estaba ya tomado por guardias civiles de paisano. Nacía la Operación Izabela.
La Guardia Civil ha comunicado oficialmente el arresto de 20 personas y el decomiso de un alijo de 1.230 kilos de resina de hachís a bordo de la embarcación, aunque la operación es eso y mucho más. La diferencia la marca fundamentalmente Cosmin I., presunto capo de la droga conocido por sus importantes contactos en el mercado del hachís en la provincia de Almería y, paradójicamente, el único de los investigados que permanece fugado de la Justicia.
Una trampa
El 21 de octubre de 2020 estuvo en el Puerto Deportivo de Aguadulce intentando rescatar el alijo de hachís atrapado en la bodega del Mare Izabela, según informes de OCON Sur (Órgano de Coordinación de Operaciones Contra el Narcotráfico) a las que ha tenido acceso LA VOZ DE ALMERÍA.
La escena es reveladora. Los agentes del OCON detectaron a dos mujeres entre las dársenas y el muro de la torre de vigilancia y otras dos apostadas a las puertas del hotel. Además, dos varones seguían desde la terraza de una cadena de restaurantes el desembarco.
Si hubiera sido un paquete postal, en el argot policial se habría hablado de “una entrega controlada”. La Guardia Civil tenía luz verde, pero esperaba el mejor momento para hacer saltar por los aires el plan de los narcos. La intervención se produjo exactamente a las 19.25 horas.
Los agentes arrestaron a seis personas en las inmediaciones del yate, incluyendo a los tripulantes Manuel D. y Pedro H., y descubrieron un alijo de 1.230 kilos de resina de hachís (41 fardos de arpillera) y 18 garrafas de gasolina. Esa misma tarde del 21 de octubre, antes del abordaje del yate por parte del OCON Sur, Cosmin I. accedió al Puerto de Aguadulce en un espectacular Porsche Cayenne de matrícula rumana, se bajó del vehículo y puso “la mirada atenta hacia los agentes”, según los autos.
El capo parecía tener la mosca detrás de la oreja. El plan se había frustrado por la avería en alta mar y era prácticamente imposible sacar el hachís de aquel barco sin levantar sospechas. Y así fue. Los agentes decomisaron la mercancía y arrestaron a seis personas. Cosmin I. sería identificado más tarde en el mismo deportivo, aunque aquel día abandonaría libre el recinto. Sin hachís, con seis detenidos, pero libre.
El capo
¿Quién es Cosmín I.? La Guardia Civil le define en sus informes como “el líder de la organización investigada, desde el primer momento encargado de organizar y supervisar cada movimiento”. Nació en Rumanía y esta semana celebrará en el lugar donde se oculta su 35 cumpleaños. Su último domicilio conocido está en el Parador de las Hortichuelas (Roquetas de Mar).
El grupo OCON Sur le vincula directamente al alijo de 1,2 toneladas de hachís del Mare Izabela detectado el 21 de octubre y en uno más pequeño de 66 kilos localizado el 16 de febrero en una embarcación llamada Gaviota y apresada a las 23.30 horas en la escollera del Puerto Deportivo de Aguadulce.
Pero además, los informes de investigación consultadas por LA VOZ DE ALMERÍA revelan la presunta implicación en otras dos operaciones previas al Mare Izabela, fechadas los días 7 y 15 de octubre de 2020 y cuyos resultados no han trascendido. Esto es, se desconoce si llegaron a descargar el hachís y cuánta droga venía a bordo de la naves. “Cargan a la misma hora que la vez pasada”, escribió Cosmin I. en un mensaje a una colaboradora a las 23.22 horas del 15 de octubre.
Esa noche hubo tensiones entre las distintos actos implicados. Una conversación captada a las 20.22 horas por la Benemérita revela el interés de Cosmin I. por alijar a pesar del mal tiempo y la resistencia de un piloto a llevar a cabo la maniobra.
Cosmin I. - Está perfecta el agua.
Iona L. - ¿Qué hago, joder?
C. - Si dice algo más, dile que espera allí y que vamos nosotros con un piloto. Asústale.
I. - Ahora le llamo.
Dos minutos más tarde, un mensaje de audio trataba de salvar el alijo. Los porteadores presuntamente salieron de Marruecos con el cargamento y esperaban encontrar la embarcación recreativa en alta mar. Era mucho dinero en juego.
C. - La gente ha salido desde allí y podemos perder clientes porque hay olas, esto no son olas, cojones, tu has estado con olas que entraba el agua dentro, cojones. ¿Esto qué olas son? (...) No podemos hacer que estos hombres arrojen los paquetes al mar por nuestra culpa, cojones. Si no se puede, no se puede, pero ahora no es de no poder, hombre... Que no hay olas para nada.
A las 20.42 horas del 15 de octubre, Cosmin I. mandó otro mensaje donde anunciaba la irrupción de dos patrullas de la Guardia Civil en el Puerto de Aguadulce. Necesitaba ir a solucionarlo. “No sé qué narices pasa, han ido dos coches de la Guardia Civil con las luces encendidas”.
Un agente
Y esta es la segunda derivada de la presunta red de la Operación Izabela. La Guardia Civil no solo relaciona al capo con esas cuatro maniobras para alijar sino que le acusa de corromper a un agente de la autoridad. Como reveló LA VOZ DE ALMERÍA el pasado mes de abril, la propia investigación interna de la Guardia Civil llevó a conectar al sospechoso con el supuesto agente corrupto. Se le acusa de “facilitar información confidencial” a miembros de la organización gracias a su posición como guardia civil “en activo” a cambio de “favores” y dinero.
En los informes del caso, coordinado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número Uno de Almería, se mencionan indicios de pagos por dar “asesoramiento, colaboración y labores de vigilancia”. La Guardia Civil tiene escuchas telefónicas y pruebas documentales para sostener la acusación contra el agente, al que se le imputan presuntos delitos contra la salud pública, omisión del deber de perseguir delitos, cohecho y revelación de secreto.
Cosmin I. permanece fugado, aunque la investigación tiene serios indicios de su conexión con el narcotráfico. OCON Sur habló en un nota oficial de un “alto nivel de vida, sin tener ninguna actividad laboral conocida”. Los informes consultados por LA VOZ DE ALMERÍA van más allá.
Además de los cuatro alijos de hachís, el Juzgado de Instrucción número Uno de Roquetas de Mar menciona en un auto del mes de abril una conversación de Cosmin I. sobre “500 kilos de marihuana que se habrían podrido al sol” y de los que pretendía recuperar unos 200 kilos. Es solo una de las múltiples salidas en la encrucijada de la Operación Izabela.
Claves para entender el caso
El 19 de abril de 2021, la Guardia Civil movilizó un dispositivo de 250 agentes para registrar 13 viviendas en el marco de la Operación Izabela. Hubo despliegues en Roquetas, El Ejido, Rioja, Vícar, Garrucha y Adra. También hubo un importante grupo de agentes en el Puerto de Aguadulce, donde los agentes habían localizado el 21 de octubre de 2020 un alijo de 1,2 toneladas de hachís y el 16 de febrero de 2021 dos fardos con 66 kilos. Entre octubre y abril hubo 20 detenidos. Tras el despliegue en el puerto, ocho personas pasaron a disposición judicial, aunque se ordenó libertad con cargos. Cosmin I., el presunto cabecilla, es el único huido. Las investigaciones le conectan con dos alijos desconocidos el 7 y el 15 de octubre de 2020 y con una plantación de marihuana.
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