El 27 de diciembre de 2001, cuando las autoridades estadounidenses todavía retiraban los restos de las Torres Gemelas en Nueva York, el Congreso de los Diputados aprobó el envío de tropas españolas a la misión en Afganistán. El Gobierno de George W. Bush se había lanzado a la caza de los talibanes por su apoyo a Al Qaeda y buscaba alianzas internacionales para armar un contingente suficientemente amplio como para controlar un vasto terreno seco y montañoso.
Estados Unidos invadió Afganistán sin respaldo de autoridades internacionales en la bautizada como Operación Libertad Duradera. A finales de diciembre la ONU aprobó una resolución sobre el establecimiento de un gobierno democrático en el país y España envío el primer grupo de militares en enero de 2002.
El despliegue no generó tanta controversia como el efectuado poco después en Irak, pero la sospecha de intereses económicos ocultos y la falta de apoyo de organismos internacionales avivó el debate sobre la utilidad del envío de tropas españolas a la zona. De hecho, la OTAN no tomó el mando de la ISAF (en inglés Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad) hasta agosto de 2003.
Unidades de Montaña encabezaron las primeras tareas en Afganistán, por las características de un escenario con picos altísimos en las estribaciones del Sistema de los Himalayas. Mientras tanto, la Legión se preparaba para su viaje a Irak para tomar las riendas de la misión española en el otro gran conflicto activado tras el ataque a las Torres Gemelas el 11S.
La primera expedición legionaria a Afganistán se produjo el 1 de febrero de 2006. El coronel José Antonio Alonso Miranda, jefe del Tercio Don Juan de Austria, encabezó un grupo de 107 legionarios embarcados en el Aeropuerto de Almería con destino a Kabul. Fue probablemente una de las despedidas con mayor tensión de las efectuadas por los militares almerienses, conscientes del avispero en el que se había convertido Afganistán y la incertidumbre en la provincia de Herat, competencia de la ASPFOR XIII ‘Almería’. Aquel vuelo se había retrasado dos días por el mal tiempo, en un preludio de las dificultades para los soldados españoles en los años siguientes.
La batalla
La Brigada Rey Alfonso XIII de la Legión asumió ocho despliegues entre grupos tácticos y de ‘mentorización’ a las tropas locales. Esto es, los contingentes de 2008 con el coronel Pedro Pérez García, en 2009 con el teniente coronel Óscar Lamsfus, en 2010 en dos etapas con el coronel Miguel Martín Bernardi y el teniente coronel Carlos María Salgado, en 2011 y 2012 con el teniente coronel Juan María Manso y el comandante Juan Manuel Martel y en 2012 con el coronel Demetrio Muñoz García. Luego ha aportado algunos efectivos puntuales con tareas muy concretas prácticamente hasta el final de la misión.
Hoy en la base Álvarez de Sotomayor de Viator se recuerdan todavía las patrullas por Badghis, el acuartelamiento de Qala-i-Naw o los enfrentamientos con los talibanes en puestos avanzados. No en vano, Afganistán es el conflicto moderno que más bajas españolas se ha cobrado.
Del peligro de aquellas patrullas puede dar testimonio el soldado Iván Castro Canovaca, que recibió un balazo talibán durante el establecimiento de un puesto de combate en la peligrosa ruta Lithium en marzo de 2012. El proyectil atravesó un tatuaje del Cristo de la Buena Muerte y alcanzó los pulmones, pero no consiguió apagar su vida.
Durante los despliegues los soldados de Almería y Ronda, en situaciones muy precarias, tuvieron que defender las posiciones aliadas en un terreno muy peligroso, salpicado de minas y bombas improvisadas. Hoy, los legionarios miran la situación en Kabul con el recuerdo vivo de aquellas patrullas.
20 años de combates
El conflicto en Afganistán ha supuesto más de un centenar de bajas para las tropas españolas desde el año 2006. La mitad corresponden al accidente del YAK 42 en un vuelo de regreso desde Afganistán en mayo de 2003. La misión está, no obstante, plagada de incidentes, atentados y enfrentamientos contra los talibanes. El episodio más conocido fue el enfrentamiento de un pequeño grupo de soldados rodeados de insurgentes en agosto de 2012 tras el accidente de un helicóptero (inmortalizado por la película Zona Hostil). a bandera española ha sido arriada en Kabul en mayo de 2021.
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