Jesús Lara está en su segundo mandato al frente del Colegio de Arquitectos Técnicos de Almería y ahora ha decidido dar también el salto y es, desde hace unos días, el nuevo presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Aparejadores y Arquitectos Técnicos.
-¿Cómo decide meterse en este lío de dar el salto al panorama andaluz?
- (Sonríe) Si soy sincero, no estaba en mi calendario pero me lo empezaron a sugerir los compañeros de otros colegios de Andalucía y es cierto que tanto personalmente como para la institución en Almería, así empezó a madurarse hasta que dije que sí y me presenté. Es verdad que iba cogiendo papeletas pero no era una cosa que me hubiera planteado.
- ¿Y cómo se gestionan las dos entidades a la vez?
- Aunque la decisión final es personal, pero la tomo de forma compartida. Yo le anuncié a mis compañeros de Junta de Gobierno lo que estaba encima de la mesa para saber su opinión y ellos me terminaron de animar. Es verdad que hay muchos elementos en el colegio andaluz y en el almeriense que son comunes y es bastante compatible porque se repiten elementos. Pero toca comprobar la compatibilidad. Además, es la primera vez que alguien del Colegio de Almería preside el andaluz.
También es verdad que yo creo que la fórmula, la clave, es que te lo tomes como un trabajo, esté remunerado o no, no como algo que haces de forma extraordinaria. Creo así es la manera en la que se puede sobrellevar.
- ¿Cuáles son los retos con los que llega a la presidencia?
- Yo quizá lo dividiría tres secciones. La primera es más interna, hay una necesidad imperiosa de avanzar en el proceso de digitalización. Hay que intentar responder a todas las necesidades con la rapidez que los tiempos requieren.
Después, tengo claro que es necesario potenciar la visibilidad del consejo como organismo que coordina los ocho colegios, que es la mayor virtud que debe tener el colegio. Debemos engranar las ocho estructuras que tienen los diferentes colegios y realizar más trabajo colaborativo y compartido, aprovechar las fortalezas que tiene cada uno.
- ¿Y cómo van las relaciones con las administraciones?
- El consejo tiene que profundizar en las relaciones con las administraciones públicas del ámbito andaluz porque son los principales legisladores. Necesitamos también profundizar con las dos escuelas universitarias de Sevilla y Granada.
Me invitaron a la inauguración curso Granada y les propuse crear grupo de trabajo en el que debemos contar con un actor que es necesario que esté, el sector productivo, los promotores. Es necesario que haya una comunicación más fluida porque el perfil que más reclama el sector productivo es el nuestro y ante eso hay y es con el sector productivo, con los promotores. Y hay que tener en cuenta que la demanda actual en formación frente a los avances tecnológicos es brutal por lo que, teniendo en cuenta lo que pide el sector, el colegio tiene que aprovechar la agilidad que tiene al ser una formación no reglada y complementaria, para sumar al conocimiento que se aporta en las Escuelas.
- Pero es cierto que tienen un problema con la normativa de liberalización de la colegiación para ejercer.
- Nosotros necesitamos corporación, somos una agrupación y tenemos que afianzarlo. Es cierto que toda la legislación que se ha hecho con respecto a la liberación hace parecer que todo se reduce a que no es obligatorio colegiarse, algo que no es exactamente así. Nosotros no perseguimos que esté colegiado, pero sí es nuestra misión mostrar que estar colegiado es algo que beneficia a los intereses de todos ya trabajen de forma liberal, en empresas constructoras, en tasadoras... Y en eso debe trabajar el colegio.
- Pasando ahora más a la actividad, parece que se reactiva la construcción y la rehabilitación de viviendas.
- Los edificios en nuestro país tienen una media de más de 50 años y ahora mismo, teniendo en cuenta además las directrices de Europa, la rehabilitación es casi nuestro nicho de trabajo. Ahora todo gira entorno a la mejora de la eficiencia de los edificios, hay programas y ayudas que pueden ser mejorables, y para los que pedimos que nos tengan en cuenta porque sabemos lo que piden los usuarios y sus necesidades.
Además, es muy importante explicarle a la gente los motivos por los que es necesario certificar la eficiencia de sus viviendas, que entiendan la importancia y no que crean que es algo que decidimos nosotros.
- Es usted especialista en ruido. Es decir, en las mediciones y en buscar soluciones a los problemas que genera. ¿Cómo ve la salida masiva a las terrazas una vez que nos ‘olvidemos’ de la pandemia?
- Tocará intentar controlar el ruido derivado de las terrazas a corto y medio plazo, además de apelar al componente de educación y civismo necesario porque tú puedes poner barreras, cristales, pero a un grupo gritando a las 4 de la mañana no le vale. Por eso, hay que hacer campañas de concienciación.
Más allá de eso, sí que es cierto que conforme avancemos en medios de transporte eléctricos se bajará el nivel de ruido principal porque el tráfico es el mayor emisor. Entonces, pienso yo, al reducirse el ruido ambiente, nuestro volumen también bajará.
Además, las mejoras en los edificios para que estén más aislados también ayudan a parar ese conflicto.
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