La mañana del pasado viernes, el papa Francisco recibía en el Vaticano al obispo de la Diócesis de Almería, Antonio Gómez Cantero.
Esta audiencia fue la guinda de una intensa semana vivida por el prelado de la Iglesia almeriense en lo que se conoce como visita ‘ad limina’, la visita que todos los obispos deben hacer al sumo pontífice una vez cada cinco años.
Esta es, de hecho, la primera visita ‘ad limina’ de Gómez Cantero (que fue ordenado obispo precisamente hace cinco años), que acudió a la audiencia con el papa Francisco junto a los obispos y arzobispos de las provincias eclesiásticas de Granada, Sevilla y Mérida-Badajoz.
La audiencia
Durante algo más de dos horas, los obispos de estas tres provincias charlaron con el papa Francisco, al que Antonio Gómez Cantero saludó junto al vicario general de la Diócesis, Ignacio López.
Como anécdota, cabe destacar que los dos máximos responsables de la Diócesis de Almería no estuvieron solos en su saludo papal: en un arranque de espontaneidad, Gómez Cantero sacó su móvil para enseñarle al santo padre un vídeo especial.
En concreto, el grabado por un grupo de niños de La Cañada que pedían al obispo almeriense que saludara, de su parte, al papa Francisco.
Una semana intensa
Así, ese encuentro papal del que no ha trascendido aún más información, era el punto álgido de cinco días en los que los obispos del sur de España han tenido una intensa agenda en el Vaticano.
Cada una de las cinco jornadas ha sido relatada por el propio vicario general de la Diócesis, Ignacio López, a través de la web del obispado, en pequeñas píldoras sonoras en las que se resumía la actividad episcopal de Gómez Cantero en tierras romanas.
La estructura de cada jornada era similar: misa junto al resto de obispos en torno a las siete y media de la mañana en alguna de las basílicas que engrandecen y embellecen a la capital de Italia, reuniones con los distintos dicasterios, consejos, congregaciones y departamentos pontificios para informar (e informarse) de los distintos aspectos de la vida pastoral y, finalmente, horas de trabajo a distancia para seguir atendiendo las cuestiones de la Diócesis de Almería (y disfrutar de Roma).
Así, el primer día se celebró misa en la propia tumba de San Pedro, en el Vaticano, en una jornada en la que se salpicaron reuniones con el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica o la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Templos como Santa María la Mayor, San Juan de Letrán o San Pablo Extramuros son algunos de los escenarios de esta visita ‘ad limina’ en la que, por primera vez, también participaba Antonio Gómez Cantero, obispo de la Diócesis de Almería.
“Es muy bonita la imagen: Indalecio y Pedro se encuentran en Roma; el sucesor de San Pedro y el sucesor de San Indalecio: el papa Francisco y el obispo de Almería”, comentaba el vicario general en una de sus crónicas sonoras de una visita histórica al Vaticano.
Dos aniversarios muy especiales
Durante los días de la visita ‘ad limina’, la delegación almeriense ha celebrado dos cumpleaños especiales.
Por una parte, en uno de los días en Roma, el vicario general de la Diócesis, Ignacio López, cumplía 45 años. El sacerdote almeriense recibía como regalo la posibilidad de proclamar el evangelio en esa misa matinal de los obispos y arzobispos de las Diócesis del sur de España.
Por otra parte, Antonio Gómez Cantero cumplía, el mismo día en el que tenía lugar la audiencia con el papa Francisco, cinco años como obispo: fue en 2017 cuando fue ordenado obispo de la Diócesis de Teruel y Albarracín en la Catedral turolense.
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