El coronel Jorge Montero Llácer (Burriana, 51 años) tomó posesión el pasado mes de febrero como nuevo jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Almería. Descendiente de una larga familia de guardias civiles, ingresó en el cuerpo en 1988. Procede de la Comandancia de Salamanca.
¿Por qué se hizo guardia civil?
Desde finales del siglo XIX mis antecesores han sido carabineros o guardias civiles. Mi abuelo, mi bisabuelo y mi tatarabuelo eran carabineros. Mi padre y mi tío son oficiales de la Guardia Civil y también dos hermanos. Me gustó lo que veía en casa.
Criado en la vida del cuartel.
Hasta que me fui a la Academia, siempre había vivido en cuarteles. En Vall de Uxó, Valencia y en Pamplona.
En Pamplona en años complicados.
En Pamplona estuve entre el 80 y el 92. Y en aquella época había muchos atentados y yo conocía personalmente a algunos fallecidos en atentados de ETA, aunque más de Policía Nacional que de la Guardia Civil.
¿Era consciente de la situación aquellas años?
Sí, sí. Viviendo allí desde los 11 años, tenía consciencia de lo que pasaba. Y parte de mi vocación como Guardia Civil surge del reto que suponía para mí. Yo también quería meterme en esa batalla para luchar contra esa gente.
Usted ha sido jefe de las Comandancias de Lleida y Salamanca, algo poco común.
Al final las Comandancias tienen un funcionamiento interno muy similar. Haber tenido el mando de dos Comandancias antes creo que me ha ayudado a que la toma de contacto haya sido más rápida. La Comandancia de Almería tiene mucho trabajo, los asuntos se gestionan bien y bastante rápido. Y me ha llamado que hay muchos procedimientos de trabajo internos que han dejado mis antecesores y que permiten que todo funcione de manera protocolizada. Lo veo de manera muy positiva y ayuda.
¿Qué objetivos se marca?
Por una parte, prestar un servicio de calidad y que, además, sea percibido así por el ciudadano. Que la sensación de seguridad sea buena. Por otra parte, no queremos dejar de proteger ningún colectivo vulnerable, lo que nos requiere hacer mucho esfuerzo humano para atender, por ejemplo, a víctimas de violencia de género, menores o inmigrantes. De forma más concreta, tenemos que ver qué hacer para concienciar a la ciudadanía sobre las cautelas en el uso de las nuevas tecnologías. Igual que nadie deja la puerta de su casa abierta, tampoco debemos dejar vías de entrada a través de Internet. Y finalmente sumar esfuerzos con el resto de administraciones y mejorar infraestructuras de la Guardia Civil en la provincia.
Habla de sumar esfuerzos. ¿Qué relación tiene con Policía Nacional?
Desde mi llegada he tenido muy buena relación con la Policía Nacional y estoy a la espera de que se incorpore el nuevo comisario para tenderle la mano para trabajar juntos.
¿Qué impresión se ha llevado de la complejidad de una demarcación que mezcla costa e invernaderos?
Hacía muchos años que no visitaba la provincia de Almería y me impresionó ver la distribución, la mezcla de invernaderos y viviendas, la cantidad de caminos y parajes. Yo creo que la Guardia Civil tiene la ventaja de estar sobre el terreno. Tenemos 39 puestos en la provincia. En el Poniente tenemos varios puestos grandes distribuidos en el territorio para que cada guardia conozca al detalle su demarcación.
¿Se había enfrentado alguna vez a un reto de un espacio como este?
Yo creo que es único en España.
¿Los almerienses deberían estar preocupados por la dimensión del narcotráfico en Almería?
No tiene nada que ver la preocupación de un ciudadano de Almería con la de otras zonas de Andalucía. Fruto de la presión en el Campo de Gibraltar, las bases logísticas de la delincuencia organizada se han dispersado y algunos integrantes han llegado a la provincia de Almería. El esfuerzo de las fuerzas de seguridad ante este fenómeno hace que no sea un tema que deba preocupar a los ciudadanos.
Pero las cifras de decomisos de hachís en 2020 y 2021, como refleja el CITCO, eran desconocidas para Almería desde hace una década.
Creo que el narcotráfico no se ha incrementado mucho. Es una realidad que lleva existiendo décadas en la zona sur de España por la cercanía del Magreb y lo que ha cambiado en los últimos tres años es cómo se hace ese esfuerzo para identificar y detener a las organizaciones.
Es decir, los recursos están funcionando.
Sí, totalmente. Los planes están funcionamiento y como son útiles, se están prorrogando. De momento hasta finales de 2023.
¿Este desplazamiento de las mafias del Estrecho está exigiendo más a los agentes en Almería?
Antes incluso de que el Ministerio del Interior incluyera la provincia de Almería en el plan del Estrecho, ya se estaba trabajando, en el fondo, como si estuviera. Los resultados de estos años son fruto de que la Guardia Civil había contemplado que Almería tenía que formar parte del plan especial contra el narcotráfico. Se sabía que apretar en el Campo de Gibraltar, los traficantes iban a diversificar los puntos de entrada del hachís.
¿Se puede hacer algo más para contra la marihuana?
Hay que seguir desmantelando las plantaciones y, de hecho, la Guardia Civil ha hecho una gran labor en la detección de cultivos de cáñamo derivados hacia el narcotráfico. Eso es un logro de la Guardia Civil y de la Fiscalía Antidroga de la provincia de Almería. Pero además queremos subir un peldaño por encima de las plantaciones y trabajar sobre la distribución y sobre el blanqueo de capitales. Para que la marihuana deje de ser interesante para los traficantes.
Pero no se han hecho muchas operaciones sobre blanqueo aquí. ¿Faltan recursos?
Seguir el rastro del dinero es difícil, sobre todo porque son investigaciones muy lentas. Se realizan operaciones de narcotráfico y, años después, se explotan las de blanqueo. Hace poco se efectuó una en la zona de Roquetas de Mar por la Guardia Civil de Sevilla. Efectivamente los equipos de blanqueo que tenemos las fuerzas de seguridad no son muy numerosos.
¿No cree que hay cierta sensación de impunidad entre los cultivadores de marihuana?
La pena nos es muy alta y ellos asumen el riesgo. Y en muchas ocasiones no hay ni reproche social ni reproche penal suficiente. El reproche social en los barrios es por los cortes de luz, pero fuera del casco urbano es escaso.
¿Habría que pedirle a los ciudadanos que denuncien más?
El ciudadano está colaborando, estamos recibiendo bastantes llamadas, pero cualquier información que nos haga llegar es bienvenida.
¿Es Almería una provincia seguridad?
Almería es una provincia joven, dinámica y emprendedora, y eso origina que tenga unos niveles de delincuencia superiores a la España Vaciada, por ejemplo. Donde hay riqueza hay delincuencia, pero creo que hay una sensación de seguridad.
El subdelegado del Gobierno anunció que, tras la ampliación del plan en el Estrecho, Almería completaría el 100 por 100 del catálogo de puestos de trabajo. ¿Cuántos guardias civiles serían y cuándo van a llegar?
El catálogo de Guardia Civil en la provincia de Almería es aproximadamente 1.800 puestos de trabajo y el grado de cobertura está en el 90 por ciento. Estar en el Plan en el Campo de Gibraltar hará que, cuando se anuncien las vacantes en los próximos meses, Almería tenga más plazas. Al 100 por 100 no vamos a estar porque técnicamente no es posible, pero se notará. No antes del verano, pero se notará un cierto incremento en el grado de cobertura.
¿Un aumento progresivo?
La idea no es aumentar el catálogo, sino del grado de cobertura del catálogo que tenemos ahora. Está previsto que aumente.
¿Y va a ir todo a lucha contra el narcotráfico?
No. Va a ir para todas las unidades porque, al final, necesitamos tener ese equilibrio en todas las áreas. No puede quedar coja ninguna especialidad.
¿Tiene la Guardia Civil recursos para luchar contra el tráfico de seres humanos, dado el cambio de paradigma con las pateras argelinas?
Es un problema que me ocupa, es un tema importante para la Comandancia de Almería. Nos toca salir al rescate de los migrantes que llegan a nuestras costas para intentar que no haya ninguna desgracia y, al mismo tiempo, luchamos contra los traficantes de personas. Hay recursos suficientes para las situaciones ordinarias y cuando hay periodos muy intensos se solicitan recursos adicionales que, a veces, llegan desde la misma Comandancia, desde las zonas de interior hacia la costa. Y cuando vamos más desbordados vienen desde fuera de la provincia para colaborar en la gestión de la inmigración.
¿Qué ha pasado a principios de este año para que haya menos pateras?
La climatología, simplemente.
Se han producido quejas sobre los horarios de los cuarteles en las zonas interiores o los escasos horarios de atención al público. ¿Cuál es su visión de este asunto?
Me da la impresión de que es bastante razonable lo que hacemos. Priorizamos tener una patrulla 24 horas al día en cada área, cada comarca, porque lo que quiere el ciudadano es que cuando haya un problema la Guardia Civil acuda lo antes posible. Y después de garantizar esa patrulla permanente, la atención presencial a los ciudadanos en los puestos donde hay poca delincuencia se reparte entre puestos más grandes de la misma comarca. Todos los días de la semana hay un puesto abierto en horario de mañana.
¿Tiene alguna noticia sobre el proyecto para un nuevo cuartel de la Guardia Civil en Roquetas de Mar?
Tengo noticias sobre los cuarteles de Roquetas, Huércal de Almería y Níjar. Son tres cuarteles que necesitan una solución y necesitan mejorar sensiblemente su situación. En todos ellos hay algún tipo de proyecto, con recursos propios del Ministerio del Interior o con recursos municipales o de la Diputación. No todos los proyectos llegan a buen puerto, pero yo estoy impulsando todos estos proyectos para ver en qué medida podemos mejorar la situación de estos tres cuarteles, que son prioritarios.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/236334/los-cuarteles-de-roquetas-huercal-de-almeria-y-nijar-necesitan-una-solucion