Los cuatro acusados se reunieron el 15 de mayo de 2019 en las instalaciones de una empresa de reciclaje en el término municipal de Vícar. A las 13.35 horas un turismo y una furgoneta abandonaron la nave. El primero, la lanzadera. El segundo, el transporte.
La Policía Nacional seguía los pasos de la organización desde hacía semanas y dejó a los sospechosos circular hasta las inmediaciones de un cortijo. Cuestión de tiempo. Entonces las patrullas antidroga irrumpieron en el lugar. El turismo emprendió la huida a gran velocidad y tendría que ser localizado posteriormente, pero la furgoneta quedó inmovilizada con 30 paquetes de cogollos de marihuana valorados en casi 150.000 euros en el mercado.
La escena suponía la fase de explotación de una operación contra el narcotráfico en la provincia de Almería centrada en la distribución de hachís y marihuana desde Roquetas de Mar y Vícar.
El Tribunal Supremo acaba de declarar firme tres condenas de seis años y siete meses de prisión y una condena de siete años y tres meses por delitos contra la salud pública, pertenencia a organización criminal y tenencia ilícita de armas de fuego.
La banda tenía el control de varias plantaciones de marihuana. En los registros se hallaron 497 matas de cannabis en fase de crecimiento, así como un pequeño alijo de 400 gramos de resina de hachís descubierto en el registro de la furgoneta.
La operación no se distingue sustancialmente de otras investigaciones contra el narcotráfico en la provincia por el volumen de la droga, pero su importancia radica en el pequeño arsenal hallado por los agentes y en la localización de seis chalecos de la Policía Local de Roquetas de Mar.
Armas
Las armas eran una escopeta Farbam del calibre 12 con el número de serie borrado mediante limado, un revólver de la marca Taurus, una pistola de la marca Glock de 9 milímetros con kit de subfusil, una pistola de la marca Glock, con cargador de 16 cartuchos, un silenciador para arma de fuego, tres cargadores de pistola, diversas cajas de munición que suman un total de 70 cartuchos del calibre 380, 43 cartuchos del calibre 357, 65 cartuchos del calibre 9 milímetros, 49 cartuchos del calibre 38,y 15 cartuchos del calibre 12/70.
Por su parte, el uso de distintivos y chalecos oficiales es habitual en los temidos ‘vuelcos’ de droga, es decir, robos entre bandas. No obstante, la sentencia no detalla qué utilización hicieron los acusados en el proceso. Entre los efectos localizados había una máquina envasadora al vacío que servía para la salida de la marihuana.
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