Vía libre para circular y disfrutar del ‘nuevo’ paseo marítimo

Bajo un sol de justicia y casi sin sombra bajo la que refugiarse, la alcaldesa en funciones de la capital, María del Mar Vázquez, el subdelegado provisional de Gobierno, Juan Ramón Fernández, y la concejal de Urbanismo e Infraestructuras, Ana Martínez Labella, abrían la simbólicamente la valla que durante años ha separado el paseo marítimo de la capital junto al chalet de La Marina hasta llegar a la ribera del río Andarax. 

Esta apertura permitirá a los almerienses y visitantes ganar nuevos espacios de paseo después de semanas de líos administrativos para conseguir toda la documentación que permitiera encender el alumbrado público de la zona. Fue el pasado lunes cuando llegaba el último papel y desde este miércoles todo queda abierto al uso desde el carril bici, que estrenaron dos valientes apenas unos minutos después de la apertura, el aparcamiento ubicado junto a la gasolinera, las zonas de juegos infantiles o las duchas de la playa que ya están a disposición de los bañistas.

Explicaba el subdelegado provisional de Gobierno que la actuación cofinanciada por Ayuntamiento y Ministerio de Transición Ecológica ha supuesto una inversión final de 2.560.000 euros y permite ampliar el paseo marítimo hasta los 3,5 kilómetros de longitud permitiendo recorrer el litoral desde el Cable Inglés hasta la desembocadura del Andarax. Recordaba además que la pasarela que debe conectar este nuevo tramo con el paseo de ribera se encuentra “en proceso de adjudicación” y cuenta con un presupuesto 143.243 euros y con una duración del contrato de 12 meses. Cabe recordar que las obras para que esta pasarela se convierta en una realidad están cifradas en  3.850.000 euros. 

Por su parte, la alcaldesa en funciones cataloga la actuación como una actuación “estratégica” dando importancia a “la puesta en valor que supone el poner a disposición de los almerienses y visitantes una nueva zona de ocio y lúdica que acompaña esta ampliación”.

Una larga historia

Cabe recordar que estas son de las obras más accidentadas que se han desarrollado en Almería en los últimos años. Han estado llenas de idas y venidas, bajas temerarias, abandonos, y casi tres años para conseguir que TRAGSA pudiera hacerse cargo y convertir en realidad el proyecto que en su día firmaran Ayuntamiento de Almería y Ministerio de Medio Ambiente (ahora de Transición Ecológica). Una vez encauzado todo, llegó la pandemia y los retrasos que conlleva, para acabar con una nueva demora, esta vez por un papel de Endesa. A pesar de todo, la obra ya está lista.

La superficie total de actuación se calcula en unos 38.000 metros cuadrados. Una actuación que contempla dos partes. De un lado, se prolonga el paseo marítimo peatonal y el carril bici, con un total de 470 metros lineales. De otro, supone la recuperación como playa de una franja litoral de una anchura entre los 50 y los 200 metros, en una superficie que se cifra en unos 25.000 metros cuadrados. Esta parte del proyecto contempla además una plaza mirador con fuente ornamental, 660 metros lineales de carril bici, zonas ajardinadas y la plantación de casi 200 árboles y accesos a la playa, así como una zona de juegos, de 2.000 metros cuadrados, y una zona de aparcamiento para 126 vehículos, seis de ellas para movilidad reducida.