El caso del sicario de Huércal-Overa queda en manos del jurado popular

El juicio oral por crimen de Los Cabecicos (Huércal-Overa) ha quedado este viernes en manos de los miembros del jurado popular reunido en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Almería. La Fiscalía pide 22 años de prisión para N. B. por presuntamente pedir a un conocido que matara a su marido  en un cortijo en agosto de 2021.

La fiscal mantiene también la petición de 22 años para el presunto sicario, identificado como D. V. y detenido por la Guardia Civil tres semanas después del crimen.  Los nueve miembros del jurado popular recibirán el objeto de veredicto la próxima semana (lunes o martes, según el tiempo que se necesite para configurar el cuestionario).

Sobre la mesa hay varias cuestiones determinantes para el futuro del caso. La acusada B. N. confesó a la Guardia Civil que había pedido que dieran un “susto” a su marido, G. de 65 años. Sin embargo, el tribunal valora un informe médico que cuestiona su capacidad intelectual. La acusación cree que discernía en sus decisiones y que, incluso, ofreció 1.000 euros por la muerte.

Según manifestó en la sala de vistas, temía que G. la abandonara y se casará con su hijastra (hija de B. N. de un relación anterior), a la que intentaba facilitar su regularización en España (tiene origen latinoamericano).

Y, por otra parte, el tribunal deberá decidir sobre el futuro de D. V. El varón niega haber matado a G., aunque reconoce que estuvo en el cortijo de Los Cabecicos. Una muestra de sangre tomada por los agentes de Criminalística en su vehículo le incrimina, así como las llamadas entre ambos acusados en las horas en las que se produjo el crimen.

Las diligencias de investigación de la Guardia Civil confirman que la acusada N. B. realizó 13 llamadas telefónicas a D. V. entre las 9.59 horas y las 15.27 horas del 13 de agosto, es decir, en la franja en la que se produjo el asesinato en Los Cabecicos. Además, habría contactado en dos ocasiones más con un segundo número de teléfono compartido por D. V. y su esposa.

En cambio, su letrado afirmó en su informe este viernes que “no hay pruebas” de la autoría y apuntó que “quizás B. N. está intentando proteger a alguien”. La defensa ha insistido en que la mujer podría haber encargado el crimen, pero a otra persona.