Comienza la cuenta atrás para el comienzo de la Feria de Almería, ciudad que estará de celebración del 18 al 26 de agosto en honor a la Virgen del Mar. Todo está prácticamente preparado para que almerienses y visitantes disfruten de más de una semana de diversión, tradición y de un extenso programa de actividades que podrán el broche de oro al verano.
Llega la semana grande almeriense, la de la música en cada esquina, los 'cacharricos', los coloridos trajes de faralaes, las casetas, los brindis y los farolillos decorando cada negocio. Son días de intensa fiesta, idóneos para compartir momentos de risas, bailes y brindis con familia y amigos, pero también para aprovechar y degustar la comida más típica de una Feria en la que para más de uno será necesario saltarse, aunque sea por sólo un día, las prohibiciones de la dieta.
El menú no se caracteriza por ser de diseño, tampoco por llevar todos los productos una etiqueta gourmet, pero es impensable vivir unas fiestas almerienses sin saborear algunos de los platos o productos, tanto dulces como salados, más característicos de la Feria de Almería. Hay que darse el gusto, nunca mejor dicho, y preparar el paladar para los aromas y sabores del Mediodía, de la noche en el recinto e incluso de los amaneceres tras una larga jornada festiva.
Churros con chocolate
No pueden faltar para reponer fuerzas tras una larga noche caminando por el Recinto Ferial. Evidentemente también es una opción ideal para merienda y desayunos. Una mezcla de dulce y salado perfecta para cualquier hora, ya que es, sin excederse con la cantidad, un tentempié que suele gustar a todo el mundo.
Los pinchos de Juan 'el moro'
Muchas personas pisan por la noche el recinto exclusivamente para acercarse sólo al puesto de estos pinchos. Ya es una tradición pedir unos botellines de cerveza y un buen puñado de palos atravesando esos deliciosos trozos de carne con un aliño que le dan un sabor único. Es uno de los lugares gastronómicos de culto en la Feria de Almería. Una parada obligatoria.
Tapa de migas
Durante la Feria de Almería no está previsto que llueva, pero si esta tierra celebra sus fiestas no puede faltar su tapa estrella, la más tradicional: las migas. Se podrán pedir en la mayoría de los bares, pero también los nueve ambigús que están repartidos por el centro de la ciudad y que estarán a rebosar de personas durante la Feria del Mediodía. Ni las previsiones de calor para esta semana de fiestas impedirán que almerienses y visitantes degusten las migas, con pimientos y tocino, con sardinas, morcilla o rabanito.
Bollito de morcilla
Bien pasada por la plancha y recién hecha es insuperable. Una explosión de sabor, no apta para todos los estómagos, pero que enamora a cualquier paladar, pese a la sencillez de su elaboración. La morcilla, en su bollito, es otro fijo en la carta de tapas de la Feria de Almería, en la que tampoco faltará el jamón, el chorizo y otros buenos embutidos.
Patatas asadas
Han salvado la vida a miles de jóvenes de distintas generaciones que, tras salir de la caseta después de perder la cuenta de las copas ingeridas, han necesitado sentarse en un tranco, acera o parque para echarse a la boca algo de comer antes de irse a dormir. Las patatas asadas son las reinas de la madrugada, desde mucho antes de que empezara a abrirse paso la moda del panini de un 24 horas o los kebabs. Hay para todos los gustos, desde las simples con sal, pimienta y alioli, hasta las que llevan zanahoria, remolacha, jamón york, maíz, aceitunas, atún y algunos ingredientes más.
Hamburguesas Uranga
Mucha gente puede que no recuerde su sabor, que no está nada mal, de un día a otro. Quizás tampoco su forma, que incitaba a pedirlas a pares a ciertas horas de la noche: doble, completa, con queso, sin cebolla... Lo que sí está claro es que jóvenes y mayores conocen perfectamente esa voz aguda que lleva saliendo desde hace décadas desde la megafonía del camión-puesto en el que se sirven estas hamburguesas. Un atrayente sonido del que es difícil escapar si hay hambre. Otro mítico negocio de la Feria de Almería por el que hay que pasar por lo menos una vez, si es posible.
Un refrescante helado
Feria de Almería y calor, van de la mano. No es de extrañar que de vez en cuando apetezca tomarse uno de los helados que se ofertan en el Recinto Ferial. No importa la hora, ahí está el puesto siempre operativo. Una cresta de chocolate y nata de casi un palmo de altura sobre un cono de barquito. También está la opción de añadirle 'toppings' como almendra, sirope de chocolate o incluso fruta. Y no hay que olvidarse tampoco de otro producto refrescante que también ayuda a recuperar fuerzas: el limón granizado.
Gofres
La variedad de dulce es inagotable en la Feria de Almería, pero lo que más suele triunfar siempre es el gofre. Los de Marimar y los de Fenoy son los más populares, los que han estado al pie del cañón cada Feria de Almería y en otros numerosos festejos de la provincia, endulzando las tardes y las noches en decenas de municipios. Ofrecen desde el básico gofre, que es toda una delicia, hasta el que lleva nutella, nata, una bola de helado, con distintos siropes... El olor del gofre es uno de los aromas más característicos de la Feria, al igual que lo es en Navidad en la Rambla. No hay fiestas importantes en Almería que se vivan de una forma completa sin saborear un gofre.
Algodón de azúcar
Su elaboración es ya todo un espectáculo. La creación de un colorido dulce de la nada, solamente con azúcar de color y aire, creándose en un minuto todo un universo de alegría ante los ojos de los más pequeños. En los pequeños carritos donde se venden, en los que también suelen tener el chupete gigante de caramelo, también hacen cola los enamorados, esas parejas que buscan compartir un momento de dulzura e inmortalizarlo en sus redes sociales con el tradicional algodón en sus manos. Además, este verano en el que la película Barbie ha puesto de más de moda el color rosa, seguramente se venderán más que nunca. Y es que no hay Feria sin algodón de azúcar.
Las míticas garrapiñadas
Es un dulce que siempre ha estado presente en la Feria de Almería. Su sabor hará volver a la infancia a numerosas generaciones que comían estas almendras dulces que, desgraciadamente, en los tiempos que corren, no tienen tanto éxito como el que tuvieron hace décadas. Pero probarlas es casi obligatorio para los que quieran disfrutar de un producto tradicional de estos festejos en la ciudad almeriense. Las venden en bolsas pequeñas en los típicos carritos que van cargados de juguetes y globos. También se encuentran en los grandes camiones de dulces en el Recinto Ferial.
Almerienses y turistas, además de una larga lista de bares y restaurantes que seguirán sirviendo su variedad de tapas y raciones durante toda la semana de fiestas, como el pescado frito, las bravas del Bonillo, arroz o chérigans, también tendrán la oportunidad de pasar por los nueve ambigús que se ubicarán en diferentes partes del centro de la ciudad y de los numerosos puestos de diferente comida que habrá en el Recinto Ferial. Durante esta Feria se podrá pasar calor, pero hambre es prácticamente imposible.
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