Vázquez quiere hacer “conciertos unplugged” en los Jardines de La Hoya

El Ayuntamiento de Almería vuelve a poner sobre la mesa la idea de realizar conciertos en el Jardín Mediterráneo de La Hoya. Lo hacía la propia alcaldesa de la capital, María del Mar Vázquez, en la entrevista realizada en Interalmeria TV, para arrancar este año 2024.

Es cierto que, según las palabras de Vázquez, la idea es que sean “conciertos ‘unplugged’ que no necesiten mucha instrumentación” y que se basten con “la sonoridad de esa caja” que supone la propia hondonada en la que se encuentra el parque.

Y es que, desde la propia concepción de estos jardines siempre se ha contemplado la posibilidad de convertirlo en un espacio de conciertos. De hecho, esa especie de plazoleta redondeada que ocupa la zona centro, estaba concebido para ello y así se usó en la propia inauguración del parque por la Ensemble de Metales de la OCAL.

Problemas
Pero usar este espacio para realizar conciertos supone reabrir una polémica que tuvo su punto álgido en el verano de 2020 cuando se propuso convertirlo en escenario del Cooltural Fest. La presencia de la reserva de fauna sahariana al otro lado de la muralla que gestiona el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) impide la realización de este tipo de eventos ya que los sonidos tan fuertes inciden sobre las gacelas que allí viven.

Cree Vázquez que con estos pequeños conciertos no tendrán problema y sí que deja sobre el tejado del Gobierno central, sobre cuyas relaciones con el Ayuntamiento dice que están “faltas de permeabilidad”, el que se realice el traslado de esta reserva a otro espacio más adecuado para poder hacer allí “conciertos de mayor envergadura”.

Más allá de los conciertos que quiera realizar Vázquez o Diego Cruz, concejal de Cultura, en La Hoya, lo cierto es que es el propio CSIC el que ha solicitado el marcharse de este espacio en el que dicen que ya han cumplido con sus objetivos.

Explicaba allá por septiembre la directora de la Estación Experimental de Zonas Áridas, Teresa Abáigar, que necesitan “más sitio” y que quieren buscar “un espacio en el cual se conjuguen no sólo las necesidades del programa de conservación de animales, sino las de los investigadores tanto para sus investigaciones como para sus experimentaciones”.