Guardias civiles reclaman más medios para luchar contra las narcolanchas

La presencia de narcolanchas en las playas del Cabo de Gata se ha convertido en una preocupante costumbre, evidenciando una tendencia en la que las playas de Almería son utilizadas como refugio y resguardo del temporal. Estos acontecimientos no solo plantean desafíos para la lucha contra el narcotráfico por parte de la Guardia Civil, sino que también resaltan la necesidad de intensificar los esfuerzos para garantizar la seguridad y protección de estas áreas costeras.

La adaptación de estrategias efectivas para abordar este problema se vuelve esencial para preservar la integridad de las playas y reforzar la capacidad de respuesta frente a actividades delictivas en la provincia.

Las embarcaciones proporcionan a la Guardia Civil una herramienta integral para llevar a cabo misiones de suma importancia. Entre las funciones clave se encuentran la protección de la naturaleza y el medio marino, así como el control e inspección pesquera. Además, también desempeñan un papel crucial en el control y prevención de actividades ilícitas relacionadas con el narcotráfico o el tráfico de migrantes.

Víctor Vega, Secretario General de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC Almería), ha destacado los esfuerzos de la asociación en "la lucha por mejorar tanto los recursos materiales como humanos con los que cuentan los agentes".

Asimismo, Vega ha denunciado la escasez de efectivos y medios en Almería para luchar contra el tráfico de drogas y personas, señalando que se encuentra rezagada en la recepción de dotaciones adecuadas en comparación con otras provincias. El Secretario General también ha resaltado la carencia de medios especialmente en el Servicio Marítimo, donde en la última década ha habido un número reducido de patrulleras operativas. Vega atribuye esta situación a factores como la antigüedad de las embarcaciones y las frecuentes averías en las mismas, lo que complica aún más la labor de la Guardia Civil.

Por su parte, fuentes oficiales de la Guardia Civil destacan que cada una de las embarcaciones presenta niveles variables de operatividad, permitiendo su utilización en función de diversas consideraciones técnicas. Estas consideraciones abarcan aspectos como la capacidad de travesía que pueden llevar a cabo y el rango de revoluciones que son capaces de alcanzar. La flexibilidad en estos aspectos técnicos brinda a la institución la capacidad de adaptarse a diferentes escenarios operativos y desafíos que puedan surgir en el ámbito marítimo.

Embarcaciones

S-39, más conocida como 'La lata' por los agentes de la Guardia Civil, es la patrullera Aister RAL-1100-ZSF Open que entró en servicio en el año 2019. Actualmente se encuentra en el puerto de Almería en reparación.

La embarcación Río Jiloca, identificada con el numeral M27, comenzó su servicio en el año 2005 y sigue operativa en el puerto de Almería. Sin embargo, destaca por su considerable equipamiento electrónico, mientras que sus motores no están debidamente preparados. A pesar de ello, cuenta con un año de prórroga en su vida útil, aseguran desde la AUGC Almería.

Río Nacimiento, con numeral M46 y en servicio desde el año 2010 en Almería, está operativo, aunque se reserva exclusivamente para situaciones de emergencia debido a su propensión a averiarse con facilidad.

Por último, Río Guadiana, identificada con el numeral A16 y en funcionamiento desde el año 2006, fue inicialmente utilizada en Huelva. Posteriormente, se extendió su vida útil y fue trasladada a Almería. Mayormente empleada en operativos de rescate de pateras y labores de salvamento ya que “carece de la capacidad para interceptar, ya que presenta menor velocidad y requiere una tripulación mínima”.

Patrulleras de alta velocidad

El Ministerio del Interior tiene previsto adquirir tres nuevas patrulleras de alta velocidad equipadas con lanzagranadas para fortalecer las capacidades del Servicio Marítimo de la Guardia Civil. Esta iniciativa, valorada en 7,5 millones de euros, surge como parte de la estrategia de renovación de recursos destinados a combatir el narcotráfico, así como otras misiones cruciales como el control de la inmigración irregular, la lucha contra el crimen organizado y la vigilancia fronteriza.

En el marco de esta licitación, la Guardia Civil busca modernizar sus activos, optando por patrulleras con casco y estructura más robustos que las actuales, construidas en poliéster reforzado con fibra de vidrio (PRFV). Esta elección se fundamenta en la necesidad de resistir de manera eficaz las maniobras de embestida empleadas por las embarcaciones narcotraficantes durante las persecuciones.

El contrato destaca la preferencia por embarcaciones de aluminio, señalando que su vida útil se sitúa entre los 20 y 25 años, un periodo notablemente superior a los 15 años que ostentan las embarcaciones de PRFV. En los últimos años, la Guardia Civil ha encargado cinco embarcaciones de aluminio al astillero gallego Aister, consolidando así su compromiso con esta tecnología.

La empresa adjudicataria deberá entregar las nuevas patrulleras, provistas de los correspondientes equipos y sistemas, en un plazo de dos años y dos meses, de acuerdo con el calendario de ejecución establecido. El contrato, gestionado mediante un procedimiento abierto y tramitación ordinaria por la Jefatura de Asuntos Económicos de la Guardia Civil, subraya que estas embarcaciones estarán específicamente destinadas a servicios que requieran "una alta velocidad de persecución" en el marco de operativos contra el narcotráfico, el crimen organizado y la inmigración irregular.