Las manos almerienses que hacen de la primavera una estación eterna

Un día cualquiera, durante un paseo por redes sociales, Alejandra Belmonte Abad se topó con un vídeo que le ha permitido descubrir un mundo fascinante. En él se veía a una chica de Paraguay haciendo cuadros con flores prensadas y la almeriense no se lo pensó dos veces. Hizo un curso de iniciación para aprender la técnica de prensado y secado y la puso en práctica en casa por primera vez el pasado noviembre. Cuatro meses después, esta joven de 29 años de edad ya ha realizado su primera exposición de arte botánico y tiene una cuenta en Instagram donde muestra sus preciosas creaciones: @elartedealbale.  

"Me encanta. He descubierto un hobby que transmite mucha paz. Me puedo poner con ello a primera hora y se me hace de noche. Relaja. Me hace estar tranquila. Me genera paz", asegura Alejandra, que ya apuntaba maneras desde pequeña cuando metía florecillas en los libros que iba leyendo. Estudió Relaciones Laborales y tiene su trabajo, pero desde el pasado otoño destina gran parte de su tiempo libre a potenciar su faceta artística, una visión creativa que dormía detrás de su penetrante mirada y que ahora le abre las puertas al mundo del emprendimiento como artesana. 

Iniciales enmarcadas, natalicios, definiciones, cuadros de frutas y flores, velas decorativas, portavelas, marcapáginas o llaveros, entre otros productos, aparecen reflejados en el catálogo de 'El Arte de Albale', nombre de este proyecto de artesanía que otorga, de una bella forma, la inmortalidad a las flores, a las sensaciones y recuerdos que las mismas provocan en las personas. "Le tengo mucho cariño al nombre porque esto lo inicié con una amiga (Alba), pero por falta de tiempo no pudo seguir", confiesa Alejandra, que reconoce que "es una labor a la que le tienes que dedicar mucho cariño y también bastantes horas al día".

Explica que "tienes que ir probando". Por las condiciones climáticas de Almería, "hace mucha humedad y hay flores que se pudren, tienes que cambiar los papeles de prensa absorbentes". En definitiva, "no se puede desconectar, tienes que estar todos los días revisando". Calcula que puede dedicarle "cinco horas diarias y en fin de semana bastantes más". Pero merece la pena, sobre todo "cuando hago un cuadro y a la gente le gusta, es una sensación maravillosa".

Técnica de Oshibana

Alejandra usa la técnica japonesa de Oshibana, que consiste en el prensado de flores con la finalidad de secarlas privándolas de luz y humedad. Con este arte nipón, la pieza vegetal mantiene su color original. Este proceso puede tardar alrededor de un mes y la almeriense mima cada paso del mismo para que la flor pierda lo menos posible su pigmento. 

Para realizarlo, ella misma se fabrica las prensas, con dos tablones de madera que corta a las medidas que ella quiere, y cuatro tornillos que se aprietan con palometas. "Si lo buscas en Amazon te salen prensas para niños pequeños, de juguete, por eso las tengo que hacer yo", afirma. Comenzó con una, ahora tiene siete y vienen cuatro más de camino para seguir haciendo arte con flores que coge de las macetas de su jardín o compra ya cortadas.   

Desde que se enroló en esta "tendencia" que aún no ha echado raíces en España como en México o en Inglaterra, la joven artista ya ha tenido bastantes pedidos personalizados. Ha ayudado mucho su exposición en el popular negocio hostelero 'Maricastaña', donde sus obras enamoran a decenas de clientes que pasan por allí cada día. Y es que cuando algo se hace con amor y delicadeza, se nota. Ahora el objetivo de Alejandra es seguir creando arte botánico, poder participar en mercados de artesanía y especializarse en el prensado de ramos de novia. 

Bajo la luz de un flexo coloca con cuidado cada flor en las distintas capas de la prensa, para que dentro de un mes formen parte de piezas artesanas llenas de vida, color y llamativas formas. 'El Arte de Albale' es una primavera constante, bonitas dosis de naturaleza infinita creadas por unas manos creativas y emprendedoras, con mucha pasión y a la vez en un ambiente de sosiego, como si de una soleá se tratase.