El proyecto para la recuperación de las gacelas mohor en el que participa Almería a través de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) ubicada en La Hoya ha sido todo un éxito. Así lo marca el estudio realizado por investigadoras del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid que ha concluido que la gacela mohor tiene garantizada su supervivencia gracias a este programa europeo de cría en cautividad que lleva ya más de 50 años de implantación.
Según este estudio en el que se ha evaluado la evolución de la variabilidad genética de la población de gacela mohor, utilizado los datos de su libro genealógico, registrados entre 1971 y 2021.
Según el CSIC, a pesar del reducido número de individuos fundadores con los que comenzó el programa de conservación ex situ de la gacela mohor con tan solo un macho y tres hembras, y de los altos niveles de consanguinidad alcanzados, la población ha ido creciendo progresivamente hasta superar en la actualidad los más de 300 ejemplares en cautividad.
Explican que el proceso de purga genética ha contribuido muy probablemente a eliminar alelos deletéreos, es decir, aquellos que pueden tener efectos nocivos asociados a la consanguinidad, como la aparición de un mayor número de enfermedades, o la reducción en las tasas de reproducción y supervivencia.
Además, según precisaron, la estrategia de selección de apareamientos seguida dentro del programa de cría también ha ayudado a controlar los niveles de consanguinidad de la población.
Intercambio
El estudio revela que el continuo intercambio de individuos entre las instituciones participantes en el programa de conservación ha permitido minimizar las pérdidas de variabilidad genética dentro de la población global, evitando grandes subdivisiones de la población.
“La incorporación de nuevos ejemplares de gacela mohor al programa de cría en cautividad para aumentar la diversidad genética de la población no es posible, pues se encuentra extinta en libertad”, apuntaba Sonia Domínguez, coordinadora del programa europeo en la EEZA.
Domínguez afirmó que, por ello, un “correcto control de los emparejamientos, así como un adecuado manejo genético, son fundamentales para intentar preservar al máximo la variabilidad genética presente en la población, y así asegurar una población cautiva viable a largo plazo”.
El objetivo final del Programa Europeo de Cría en Cautividad de la gacela mohor es llevar a cabo proyectos de reintroducción en sus áreas de distribución original, localizadas en la zona occidental del norte de África.
Cuanto mayor sea la diversidad genética que tengan los individuos que se reintroduzcan, mayor será su capacidad de adaptación a su nuevo entorno y, por tanto, mayor será también su probabilidad de prosperar en libertad.
El Programa Europeo de Cría en Cautividad de la gacela mohor a día de hoy cuenta con la participación de 30 instituciones zoológicas repartidas entre España, Francia, Portugal, Italia, Bélgica, Alemania, Países Bajos, Austria, Hungría, República Checa, Polonia y Suecia.
Traslado de las gacelas
Ahora que la supervivencia de las gacelas parece asegurada, sobre la mesa sigue aún el posible traslado de la reserva de fauna sahariana a un lugar más tranquilo. Una idea que comparten tanto Ayuntamiento de Almería, que está impaciente por convertir a La Hoya en una zona para conciertos, como los responsables de la propia Estación Experimental de Zonas Áridas. El último suelo sobre el que se habló para hacer este traslado se encontraba en la zona de Tabernas y era titularidad de la Junta de Andalucía.
Decía la directora de la estación, Teresa Abáigar, que necesitan “más sitio” y que quieren buscar “un espacio en el cual se conjuguen no sólo las necesidades del programa de conservación de animales, sino las de los investigadores tanto para sus investigaciones como para sus experimentaciones”.
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