“Cero riesgos”. Así de rotundo se mostraba hace unos meses el concejal de Agua y Zonas Verdes, Juan José Segura, con respecto a la retirada de palmeras después de unos fuertes vientos que habían provocado la caída de algunos ejemplares.
Pues bien, según las cuentas que tiene el propio edil, “se han retirado, desde 2022, un total de 694 ejemplares de palmeras” porque podían suponer un riesgo para la seguridad de los viandantes. “Para cada una de ellas había un informe técnico que avalaba la actuación”.
Dentro de este plan para evitar riesgos se pudo ver a principios de este mes de julio la retirada de una decena de palmeras que se encontraban en la Avenida Cabo de Gata. Precisamente la zona en la que estos ejemplares ya provocaron una auténtica desgracia que terminó con el fallecimiento de dos personas.
Cabe recordar que lo que se realiza a cada palmera para determinar si se encuentra en riesgo es un estudio con un resistógrafo en las zonas en las que los técnicos detectan que el tronco cuenta con ‘heridas’ o ‘cicatrices’ que han quedado endurecidas y que es, precisamente, la zona por la que parten al perder gran parte de su elasticidad.
Arbolado
Pero lo cierto es que los problemas con el arbolado de la ciudad va más allá que la situación en la que se pueden encontrar los ejemplares de ‘phoenix canariensis’, sino que la falta de lluvia en la ciudad y la subida de temperaturas a lo largo de todo el año está suponiendo un auténtico problema para su gestión con caída de hojas y con la producción de frutos en más de una ocasión al año.
En estos días de calor extremo la sed de las plantas es, sin lugar a dudas, lo más complicado. Ahora es fácil encontrarse las calles llenas de hojas como si fuera pleno otoño, pero lo cierto es que su eliminación es su mecanismo de defensa para sobrevivir ya que, cuantas más hojas, más necesidad de agua.
Ante esta situación hay quien propone el regar el arbolado urbano para garantizar su supervivencia, algo que según Juan José Segura se ha valorado con los técnicos especializados y finalmente se ha desechado. Cabe recordar que estos árboles urbanos no cuentan con ningún sistema de riego por goteo como sí ocurre en los jardines.
Argumentos
“Los alcorques con los que cuenta la gran mayoría del arbolado que se encuentra en las calles de la ciudad no está preparado para acumular agua, se desbordaría. Además, las raíces de estos árboles, sobre todo de los ficus que suponen casi el 60% de los existentes, se encuentran a una profundidad tal que es imposible procurarles el agua necesaria para que les llegara”, explica el concejal de Zonas Verdes, “por lo que se ha decidido no hacerlo”.
Esto supone que los árboles seguirán pasando sed aunque defiende Juan José Segura que se han realizado otro tipo de actuaciones para ayudarles a sobrevivir. “En este tiempo hemos aumentado los equipos de trabajo para las podas y vamos al día. En ellas no solo se han recortado por fuera sino que hemos liberado también por dentro para tratar de oxigenarlos”, explica el edil, quien asegura que “esto supone que necesitarán menos agua para su mantenimiento”.
Sea como sea, lo cierto es que los árboles están sufriendo los estragos de esta subida de temperaturas a lo largo de todo el año y que incluso están cambiando sus ritmos vitales llegando a echar frutos en dos ocasiones al año. Precisamente achacaba a esta situación la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, otro de los problemas que en materia de limpieza tiene la ciudad. Y es que estos frutos que producen principalmente los ficus, acaban en las aceras y carreteras siendo pisoteados y ensuciando todo.
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