Con origen en una albufera que quedó separada del mar por un cordón de terrazas marinas, las salinas de Cabo de Gata constituyen un humedal natural adaptado por el hombre para satisfacer sus necesidades de obtención de sal desde tiempo remotos, además de uno de los últimos ejemplos activas de salinas litorales del mediterráneo español.
Este sistema natural, a pesar de estar alterado, constituye un espacio de excepcional valor ecológico por la importancia de las comunidades vegetales y, especialmente, faunísticas que alberga.
Puede decirse que el ecosistema natural y la actividad humana encuentran aquí una simbiosis perfecta. Las diferentes características físico-químicas de las aguas almacenadas facilitan la vida a más de 80 especies de aves.
Migraciones de aves
Este enclave, en el corazón del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar se erige como un punto estratégico y de vital importancia en las rutas migratorias de aves entre los continentes africano y europeo.
En las salinas las aves descansan durante unos días para realizar el salto definitivo para atravesar el Mar Mediterráneo hacia el continente africano, en otoño; o sin embargo, llegan después de haberlo atravesado, en primavera.
Avifauna
Las salinas de Cabo de Gata constituyen en su conjunto un ecosistema en equilibrio pero cada estanque presenta unas características biológicas propias. A los Evaporadores llega el agua de mar para iniciar el ciclo salinero con una concentración de sal no muy alta, arrastra con su llegada especies marinas como algas y presenta un mayor profundidad.
Todo ello hace que estos estanques sean frecuentados por diferentes tipos de patos y de zancudas como la Garza real, o el Flamenco.
En otro grupo de estanques como los Calentadores la diversidad es distinta. Con menor superficie y recibiendo una agua con una salinidad dos veces mayor a la del mar, limita la vida de crustáceos y peces. La profundidad del agua es menor y favorece el desarrollo de playas de fangos y la vida de un grupo de aves que tienen limitaciones por sus cortas patas. Son las aves limícolas como el Chorlitejo patinegro, el Archibebe común o el Tarro blanco.
El proceso salinero
Las albuferas litorales siempre han sido usadas para obtener sal. Para ello es compartimentada con diques para que el agua pase de unos a otros controladamente. El circuito comienza en los Evaporadores donde la concentración de sal se eleva por la evaporación. De ahí se va a los Calentadores donde continúa este proceso hasta alcanzar una concentración de sal de 150 gramos por litro. Tras pasar por los Concentradores, la solución llega a los Cristalizadores para precipitar el cloruro sódico. La sal, faenada, es recogida para su venta.
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