Jonathan Moya, presunto asesino de Míriam Cuerda, ofreció ayer la tercera versión distinta sobre el denominado Crimen de Abrucena e involucró a un vecino de Fiñana en la muerte de la pequeña onubense de 16 meses. Según fuentes judiciales, Moya aportó el nombre de un varón residente en el municipio presuntamente involucrado en un plan para secuestrar a la niña y luego venderla.
El magistrado Jesús Hernández Columna citó ayer a las partes en el Juzgado de Instrucción número Dos de Almería y dio al principal acusado la oportunidad de explicar una nueva versión sobre el crimen, como llevaba meses demandando desde el centro penitenciario de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) donde permanecía custodiado.
Según Jonathan Moya, ambos trazaron un plan para apropiarse de la pequeña. El 20 de diciembre de 2012 el acusado se llevó a la niña en una carretera entre Gérgal y Alboloduy y durante varios días estuvo huido y perseguido por la Guardia Civil. Durante la fuga, de forma accidental, esta tercera persona cayó con la niña por el monte y la pequeña falleció por el traumatismo.
Según indicó el abogado José Ramón Cantalejo, letrado de Moya, las lesiones “no se corresponden con los de una niña agredida, pero sí coincide con la versión dada por Jonathan Moya sobre como fueron los desgraciados momentos finales”. Por eso, el conocido penalista solicitó un nuevo informe forense que aclare si la asfixia detectada en la autopsia pudo realizarse post mortem, es decir, como consecuencia del ahogamiento cuando todavía tenía vida, o ante mortem. En cualquier caso, subraya, no existió asfixia mecánica de la defensa (según esta versión, la víctima no fue estrangulada).
Aunque Cantalejo no ofreció razones para creer esta nueva versión frente a las explicaciones anteriores, el letrado destacó la existencia de un pelo en la ropa de la pequeña cuyo ADN corresponde a un desconocido y anunció la solicitud de una reconstrucción sobre el terreno para aclarar las circunstancias del crimen. “Es coherente”, concluyó el letrado.
Las víctimas
Ahora bien, las explicaciones del presunto asesino no convencen a la madre de la víctima, Míriam Cuerda, que el futuro tendrá que declarar también como presunta víctima de un caso de agresión sexual, tramitado en una pieza separada del proceso. Cuerda aseveró: “No conozco a esa tercera persona y no me creo esa versión para nada”. “No lo conozco de nada pero es que es mentira todo lo que ha dicho, no me creo nada y para nada me cuadra”, añadió en declaraciones a los periodistas a la salida de la Ciudad de la Justicia el mediodía de ayer.
El letrado de la madre, Julián Cazorla, tachó la versión de Moya como “un absoluto disparate”. La Guardia Civil ya rechazó la teoría de la implicación de unos mafiosos vinculados al mundo de la prostitución, como apuntó el acusado en su segunda versión de los hechos.
Fiscalía
Por otra parte, el principal vencedor de la vista celebrada ayer en el Juzgado de Instrucción número Dos de Almería es Raúl Ríos, acusado de encubrimiento en el proceso. La Fiscalía solicitó ayer al juez Hernández Columna el sobreseimiento de la causa contra Ríos por la insuficiencia de las pruebas de cargo. El instructor desestimó esta petición finalmente porque la acusación particular cree que existen indicios de su conocimiento del plan de Moya, pero el apoyo de la
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