El ‘hectómetro de oro’ del tapeo en la capital se refuerza con nuevos negocios

Hace cinco años la calle de Jovellanos parecía un lugar agotado para los negocios. El histórico establecimiento de tejidos el Blanco y Negro había cerrado y la única vida comercial de la calle era la que daba el bar Casa Puga. Cuando los domingos cerraba por descanso del personal la zona se quedaba desierta sin más tránsito que la gente que iba de paso y los fieles que entraban a la iglesias de Las Claras.

En poco más de un lustro esta vieja artería, prolongación hacia el norte de la calle Real, ha ido renaciendo hasta alcanzar cotas inimaginables de popularidad gracias a la instalación de nuevos negocios hosteleros que han convertido el lugar en el ‘hectómetro de oro’ del tapeo de Almería.  En poco más de cien metros conviven en estos momentos once bares: El nuevo ‘Museo del Aceite’, los bares ‘El vino en un barco’, ‘La Plazuela’, ‘Entre mares’, ‘La Boheme’, ‘El Jurelico’, el restaurante-tetería ‘Aljaima’, las tabernas ‘Nuestra Tierra’ y ‘Al Alba’, y arriba, pegados a la calle de Marín, la taberna restaurante ‘La Encina’ y el restaurante Chino.
 

La nómina de establecimientos está a punto de aumentar ya que para esta misma semana (posiblemente el sábado) está prevista la apertura de un nuevo negocio que se abrirá al público con el nombre de ‘Casco Antiguo’, y que además de una barra para tapear contará con una sala interior destinada a restaurante especializado en pescado fresco con capacidad para cuarenta y cinco comensales.

‘Casco Antiguo’ es un proyecto de los mismos propietarios del bar ‘La Plazuela’, y estará situado justo enfrente de este exitoso establecimiento que se ha convertido en lugar de moda donde además del tapeo típico destaca como local de copas. El nuevo establecimiento ocupará la fachada de enfrente, en un local lleno de historia comercial donde antes estuvieron negocios de tanto prestigio en Almería como ‘Almacenes el Siglo’, ‘Muebles Arriola’ y la tienda de ‘Rosaflor’.

La vieja calle de Jovellanos aguarda también la apertura de la nueva ‘Casa de Puga’ para completar una oferta hostelera sin precedentes en la ciudad. Esta misma semana se cerrará ante notario el acuerdo de traspaso por el que la familia Puga cederá la marca a los nuevos dueños, la empresa que regenta el Hotel Catedral, además del acuerdo por el que los propietarios del inmueble se comprometen a arrendar el local por un periodo de diez años.

La intención de los dueños entrantes es que a comienzos de la próxima semana el bar esté en condiciones de poder reabrir sus puertas tras el parón obligado por las negociaciones. La estrategia la tienen muy clara: continuar con la tradición que ha hecho fuerte el negocio, por lo que mantendrán el local tal y como está, hasta con el retrato del fundador presidiendo la pared principal; seguirán ofreciendo la misma carta de tapas, el mismo vino de Albuñol que tanta fama le ha dado, y seguirá con el mismo equipo de profesionales, reforzado.