Nueve años después, la Brigada de la Legión vuelve a Líbano para participar en la misión de las Naciones Unidas para la pacificación de la franja sur, castigada por los enfrentamientos entre Hizbulá e Israel. El general Bernardi ha presidido una parada militar para despedir a los 600 soldados (500 legionarios) que participarán en el despliegue a partir del próximo 13 de noviembre. Su destino, la base Miguel de Cervantes de la localidad de Marjayoun.
Los militares partirán en tres rotaciones desde el Aeropuerto de Almería. La misión tendrá una duración de seis meses aproximadamente y se centrará en una zona de la llamada Blue Line ubicada al este del país, fronteriza con Siria y, por tanto, con el riesgo latente de los yihadistas. "La situación ha cambiado mucho en Líbano desde 2006, pero es de calma tensa", señala el general jefe de la Brileg, Juan Jesús Martín Cabrero. "Vamos con los ojos bien abiertos", añade.
Martín Cabrero lidera el contingente español de esta rotación de la misión Libre Hidalgo. El general ya estuvo en 2006 cuando los legionarios abrieron la participarción del país en la misión de los cascos azules. Actualmente la UNIFIL (Fuerza de la ONU) y las LAF (Fuerzas Libanesas) suman 16.000 militares en la franja sur del país. En la base Miguel de Cervantes España convive con soldados de China, El Salvador, India, Indonesia, Malasia, Nepal, Brasil y Serbia.
"El listón está muy alto pero, tras casi 30 misiones de La Legión en el exterior, llevamos la misma ilusión y ganas que los primeros y tendremos que demostrar, una vez más, nuestra capacidad para cumplir con lo ordenado y ser dignos de la confianza que el Mando ha depositado en nosotros", ha asegurado el general durante su discurso en el patio de armas de la base Álvarez de Sotomayor de Viator.
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