Martes Santo de austero silencio y devoción con el Vía Crucis penitencial de silencio de la Hermandad Juvenil del Santo Cristo del Perdón.
A las diez en punto de la noche se abrieron las puertas de la iglesia de San Ildefonso, su sede canónica, y el redoblar de ‘penas’ de la banda anunció la salida de los hermanos que con farol en sus manos recorrieron la estrecha calle de Nuestra Señora de las Mercedes, continuando por calle Acosta hasta llegar a uno de los puntos donde no cabía un alfiler, la calle Silencio.
Abrió el Vía Crucis una impresionante Cruz de Guía arbórea, de Francisco Bailac González, escoltada por dos hermanos que portaban faroles guía de viático e incensarios, realizados en el taller de Santa María de Úbeda, Jaén, con cirios negros.
La banda, integrada por tambores destemplados y timbales, y en formación de cruz, invitaron a los asistentes, que llenaron las calles y plazas del recorrido, a orar en silencio ante la presencia de la bellísima imagen del Santo Cristo del Perdón, imagen que realizó Palma Burgos. Una banda que está integrada por hermanos de Almería así como de la ciudad de Úbeda.
La interpretación del trompeta del toque de silencio anunció la salida de las austeras andas que portan al Santo Cristo e iluminado por cuatro pebeteros de forja, adornado sólo con los pétalos de flor que los vecinos de la calle Silencio le lanzaron a su paso desde las ventanos por la estrecha calle que une las calles Acosta y Murcia.
Calle Silencio es uno de los puntos al que la mayoría de ciudadanos intenta acceder y donde sus vecinos, además de lanzar pétalos, acariciaban la Cruz del Santo Cristo del Perdón. Uno de los momentos que electrizaron la piel a cuantos allí se encontraban presenciándolo.
Las largas filas de hermanos con túnica y capuz negros iban divididos en dos tramos. El primero, donde los más pequeños portaban báculo de madera, más ligeros. Abría el tramo un hermano, que con un sonar constante de la campana avisó a los hermanos a la reflexión.
La segunda parte estaba integrada por hermanos que portaban farol de mano, provocando una imagen única dentro de los desfiles procesionales de la Semana Santa almeriense. Cabe recordar que la campana es del siglo XVIII y originaria del un convento de clausura derruido de Jaén.
Con Cruz realizada por Francisco Bailac e Inri, de Miñarro, el Santo Cristo del Perdón, obra cumbre de Francisco Palma Burgos, el Vía Crucis continuó hasta llegar a las puertas de la Iglesia Parroquial de San Sebastián, donde los hermanos de la Hermandad de la Virgen del Carmen Coronada los recibieron en su sede canónica, ante la presencia de numerosas personas que llenaron la Plaza de San Sebastián.
La calle Tiendas, una noche más, volvió a concentrar a buen número de cofrades y devotos en general, disfrutando del avanzar del Cristo del Perdón, entre los balcones que jalonan esta calle comercial almeriense.
La Estación de Penitencia que la Hermandad Juvenil del Santo Cristo del Perdón con su Vía Crucis Penitencial de Silencio, fue sobrecogedor y punto primordial para los hermanos del Perdón, como también para la mayoría de cofrades.
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