Una sola empresa almeriense compra más almendra que toda Francia junta y no es ciencia ficción. Las cifras avalan a Calconut -fundada hace treinta años por Juan Peregrín Mula- que, si fuera un país, ocuparía el puesto número 11 en el ránking mundial de importaciones de frutos secos.
Calconut, con sede en Pulpí, es puro músculo, una compañía que ha multiplicado por 15 sus ingresos en virtud de una sola herramienta: la innovación logística.
En 2012, hace solo un telediario, facturaba ocho millones, y el último ejercicio 2015 lo ha cerrado con una cifra de negocios de 126 millones de euros. El milagro está, según su gerente, Héctor Serrano, “ en optimizar los fletes y en ser más rápidos que nadie a la hora de servir a los clientes”.
Desde California
Casi toda la almendra que compra Calconut procede de California, el primer productor mundial con un 80% del mercado. Durante la última cosecha vendió por el mundo 28,5 millones de libras de este fruto seco, sin cáscara, el equivalente a 15 millones de kilos, lo que supuso un alza del 18%. Para los directivos de esta empresa del Levante almeriense, la ciudad de San Diego es como la sala de estar de su casa.
También aumentó la compra de nuez descascarillada en esta región en un 9% hasta alcanzar más de un millón y medio de kilos importados y vendidos por el mundo.
La compañía, propiedad al 50% de Juan Miguel Peregrín y Héctor Serrano, ha cerrado el primer semestre de 2016 con una facturación de 55 millones de euros, siguiendo con su línea ascendente, lo que la consolida en el top20 de las comercializadoras de frutos secos del mundo y uno de los líderes nacionales.
La estrategia de Calconut, por lo que se ha hecho grande, es la de conseguir trabajar con el mínimo stock posible. Importan vía marítima contenedores los frutos secos desde el Oeste americano- también compran en Almería- y los hacen llegar a sus dos puertos bisagra, Valencia y Algeciras, desde los que lo redistribuyen a sus clientes de todo el mundo, sin tocar apenas tierra. Explica Serrano que “la historia se complica cuando el pedido es mixto y un cliente nos pide a un tiempo almendra pelada, anacardo tostado y harina de nuez, entonces tenemos que extremar la planificación e hilar fino porque nos jugamos mucho dinero, ese es nuestro valor añadido”.
Calconut no tiene almacenes ni fábricas propias, solo oficinas comerciales en Pulpí. La almendra natural la vende sin necesidad de que los contenedores bajen del barco y los productos transformados como el fruto repelado y sin piel, la harina o polvo para helados, el pistacho tostado, la avellana, el anacardo o el cacahuete salado y embolsado para Carrefour, lo producen externamente, en fábricas que les trabajan desde Almería o Gérgal hasta Reus.
“Movemos mercancía, sin añadir un coste extra, sin gastos de almacenaje - puntualiza Serrano- que cambian de barco sin ni siquiera tocar tierra sobre la marcha, desde Valencia a Italia si ha surgido un cliente por el camino”.
El Cosentino del fruto seco
Calconut tiene la posibilidad de servir barato porque compra mucho volumen de materia prima y rápido al disponer de fletes continuos en el mar que aprovecha unos con otros: una auténtica autopista de mercantes por los cinco continentes, gobernados por un cerebro gris con base en la apartada Pulpí.
Los directivos de Calconut apelan a que la empresa fomenta la industrialización española ya que ofrecen mucha carga de trabajo externalizada para la transformación del producto.
Han ideado también una aplicación móvil para los agricultores de la almendra con los precios actualizados de los frutos secos a nivel mundial para que puedan planificar sus ventas. Sus principales clientes están en Francia, España, Marruecos y ahora Suráfrica, Brasil y Chile.
Juan Peregrín Mula, el fundador
Calconut acaba de crear la Fundación Juan Peregrín Mula, consagrada al hombre que inició la empresa hace 30 años, quien empezara con una envasadora de ajos en los Alamos de Pulpí y quien fue también concejal de su pueblo. Esta fundación proporcionará becas para jóvenes estudiantes.
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