El absentismo laboral se ha disparado en los dos últimos años en la provincia de Almería, como en el conjunto de las provincias españolas. Durante el pasado año se registraron en la provincia 44.025 bajas de contingencias comunes (enfermedades no profesionales), un 11,34 por ciento más que las 39.540 incoadas en el ejercicio anterior.
El reparto de esos casos de absentismo por Incapacidad Temporal por Contingencias Comunes (ITCC) es distintos en función del tipo de actividad que desarrollan los trabajadores. El 86,3 por ciento de ellas corresponden a trabajadores por cuenta ajena, es decir asalariados, mientras que el 13,7 por ciento restante corresponderían a los trabajadores por cuenta propia, básicamente los autónomos.
Desproporción
La cuestión es que las bajas por enfermedades no profesionales son mucho más frecuentes en los primeros que en los segundos. Los asalariados registraron el pasado año más de 38.000 casos de absentismo, mientras que los trabajadores por cuenta propia se quedaron en 6.019 bajas laborales por ITCC, es decir más de seis veces menos frecuentes.
En cualquier caso la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT) han mostrado su preocupación porque la incidencia de este tipo de bajas, que suelen proceder de enfermedades comunes, no relacionadas con el puesto de trabajo ni originadas por accidentes laborales, está creciendo de una forma notable en los últimos años.
En el caso de Almería el crecimiento es del 11,34 por ciento, aunque ello ha acarreado un incremento en el coste de cobertura de las bajas que sube hasta el 13,2 por ciento en el ejercicio de 2016 con respecto al año anterior.
Alto coste
El gasto que ha supuesto a las arcas públicas, gestionado en buena parte de los casos por las mutuas contratadas por las empresas, ha pasado de los 66,4 millones de euros del año 2015 a los más de 75 millones de euros de este último año, sólo en la provincia de Almería.
Y la cuestión es que Almería no es la provincia andaluza con una mayor incidencia en este tipo de absentismo laboral, probablemente a causa de la alta temporalidad en el empleo que reduce los casos ante el temor de no obtener la renovación del contrato, según apuntan las propias mutuas de accidentes de trabajo en su informe.
Baja incidencia
Así, en el caso de los trabajadores por cuenta ajena, es decir los asalariados, la incidencia media mensual por cada mil trabajadores protegidos ante estas eventualidades está en 13,07, frente a una media andaluza situada en 16,63. En el caso de los autónomos la incidencia es de 8,87 casos por cada mil trabajadores, frente a 8,94 de la media andaluza.
Se vuelve en gran medida a los datos previos a la crisis y a la adopción de medidas para frenar el absentismo, entre ellas la reducción de las prestaciones hasta el 60 por ciento del salario. En muchos casos simplemente la reducción de los ingresos ha ejercido de freno a la hora de coger la baja. Se han dado casos en los últimos años de trabajadores que acudían a sus puestos aún enfermos o con lesiones traumáticas (escayolados) para no perder ingresos.
Esa situación se ha dado incluso entre los funcionarios ya que los primeros días de baja por enfermedades no profesionales no se cobran, y posteriormente, y hasta el día 20 de baja, sólo perciben el 60 por ciento de los ingresos.
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