Lo que ocurre en el invernadero: el pimiento se come al tomate

El nuevo ‘monarca’ del campo almeriense alcanza las 13.000 hectáreas

Empleadas en un almacén con una partida de pimiento.
Empleadas en un almacén con una partida de pimiento.
Manuel León
00:07 • 15 sept. 2021

El rally alcista del pimiento en el invernadero almeriense parece no tener meta final. El aseado comportamiento en cotizaciones de la variedad California la pasada campaña -alcanzado idílicos precios de 4 euros- ha propiciado un nuevo incremento del 5% en la superficie invernada, hasta consolidarse como el virrey de las hortalizas urcitanas con 13.000 hectáreas, según los datos registrados por la Consejería de Agricultura.



La extensión de agricultura intensiva en la provincia rozará esta campaña que acaba de principiar las 137.000 hectáreas, lo que supone que una de cada tres hectáreas están consagradas al pimiento.



Para la campaña de 2021-2022, la superficie hortícola total va a alcanzar exactamente las 36.938 hectáreas, 488 hectáreas más que en la pasada campaña. 



Lo más destacado lo protagonizan, por tanto, el pimiento y el tomate, por circunstancias diferentes. Por un lado, el pimiento aumenta 492 hectáreas, un 5% más que la campaña anterior. Una situación que se viene repitiendo en los últimos años, provocada principalmente por tres factores: su rentabilidad, su alta demanda y la reconversión de los invernaderos dedicados al tomate, cultivo que no pasa su mejor momento. El tomate en este ejercicio va a contar con 8.171 hectáreas lo que supone un 3% menos que el año anterior. 



Si se analiza la evolución de la superficie desde el año 2013 que alcanzó su cifra récord de 11.206 hectáreas, el resultado es una pérdida anual de superficie a pasos agigantados. 



Las causas parecen estar basadas en el elevado coste del manejo y la producción y el aumento de la competencia de países terceros como Marruecos o Senegal, cuyos bajos precios causan graves estragos en la producción de tomate nacional, haciendo que muchos productores decidan abandonar su cultivo por otro que les cause menos disgustos en la pizarra y más rentabilidad.



El resto de hortalizas tradicionales almerienses se comportarán esta campaña de forma muy similar a la anterior en cuanto a superficie. El calabacín ocupará 8.160 hectáreas, incrementando un 2% con respecto a 2020 (163 hectáreas más); el pepino con un total de 5.332  hectáreas, un 1% más hasta sumar 52 hectáreas más. Y la berenjena ocupará 2.310 hectáreas, un 1,5% más que en 2020, lo que supone 33 hectáreas más. 




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