El chollo en Almería se llama comprar oficinas y después alquilarlas

Almería es la cuarta capital española, tras Sevilla, Zaragoza y Albacete, donde más rentabilidad obtienen los inversores con el alquiler de oficinas. Al cierre de 2022, la tasa de rentabilidad en la capital en este segmento de negocio inmobiliario fue del 10,3%. En primera posición se sitúa Sevilla con el 13,4%. La capitales de provincia donde menos renta obtienen los inversores en oficinas son Alicante, Valencia, Valladolid y Salamanca. 

Lo que este índice significa, según la plataforma Idealista, es que en Almería es barato comprar, pero caro alquilar, al menos en este sector de locales para oficinas. Es un tipo de inmueble en el que comprar para alquilar da más rédito económico por la bajada en los precios de venta, pero no de los arrendamientos.

La alta rentabilidad de este producto conlleva también un riesgo, por lo que se hace imprescindible analizar al detalle las característica de cada inversión.

Las zonas de oficinas más cotizadas en Almería, según el ránking inmobiliario, son, como es predecible, las del Paseo y la Rambla Federico García Lorca. 

Para la elaboración de este estudio, idealista ha dividido el precio de venta ofertado entre el precio de alquiler que solicitan los propietarios en los diferentes mercados referente a los índices trimestrales de viviendas, locales, garajes y oficinas correspondientes al cuarto trimestre de 2022. El resultado obtenido es el porcentaje bruto de rentabilidad que proporciona a un propietario alquilar su vivienda. Este dato facilita el análisis del estado actual del mercado y es un punto de partida básico para todos aquellos inversores que quieran comprar activos inmobiliarios con el fin de obtener beneficios.

Llama la atención la escasa rentabilidad de las oficinas en ciudades punteras como Málaga o Valencia, en torno al 7%, debido a que el precio de compra alto deja escasas posibilidades a una lata rentabilidad.

En cualquier caso, se prevé durante el primer semestre de 2023 una ralentización de inversiones y una segunda en la que se recuperará la actividad, aunque condicionada a la variación de los tipos de interés que condicionan las decisiones.