Los empresarios homenajean a José María Rossell

Recibieron premio también Cuadraspania, Hidalgo, Casa Nazaret, Plataforma Solar y carlos Tejada

Foto de familia de los premiados de Asempal y las autoridades.
Foto de familia de los premiados de Asempal y las autoridades. La Voz
Manuel León
12:05 • 19 oct. 2024

Fue un día especial, una mañana especial para los empresarios de Almería en el Hotel Playadulce de Aguadulce, con un sol radiante en el exterior y un casi lleno en el salón de actos; fue una jornada de reconocer esfuerzos y talentos, de brillantez a la hora de gobernar empresas y colectivos de personas en esta provincia. Porque los premios de Asempal, como siempre, fueron de personas, de querer galardonar con laureles a emprendedores y entidades  que hacen mejor a la provincia. Saltó el coro Pedro Mena de Adra al estrado, con el pianista dirigiendo a la cohorte de niños y niñas que llenaron la sala de voces entrañables, de voces infantiles que maravillaron a los adultos que allí se congregaban y que llenaron el corazón de emociones.



 



Debutaba como nuevo presidente de los empresarios el pulpileño Cecilio Peregrín -tomando el relevo del veratense José Cano- quien, con sus gafas de montura azul Terreros, subrayó el valor de las empresas para crear riqueza en la sociedad. “Tenemos una gran responsabilidad como empresas y como sociedad civil y debemos ejercerla. Porque somos los mayores creadores de empleo, favorecemos la innovación, el avance tecnológico, mantenemos la economía y el estado de bienestar”, dijo Peregrín, mientras otro pulpileño excelente, el sacerdote Jesús Peregrín, no perdía detalle a pesar de sus años.



Sonaba alta la voz de Cecilio: “Reivindiquemos que somos el motor de la economía y sintámonos orgullos de lo que somos, empresarios”. Para añadir, sin perder fuelle, que “todo lo que requiera soluciones técnicas  tiene que estar resuelto  acelerando inversiones y reduciendo plazos, como las infraestructuras, las depuradoras, las comunicaciones, las redes eléctricas, todo tan necesario para Almería”. 



Peregrín lanzó también al aire aguadulcino una invitación al diálogo constructivo: “Ningún esfuerzo tiene sentido si no busca el bienestar colectivo, por eso desde el mundo empresarial de Almería debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para poner a las personas en el centro de cualquier iniciativa y ofrecer oportunidades de empleo y progreso a todos”.



Justificó también la entrega de estos premios porque “necesitamos reconocer a personas que en el mundo de la empresa representan una inspiración porque han vencido dificultades sin arrugarse y siguen creando empleo en la provincia. Personas que saben ver oportunidades, con espíritu de superación, pasión por la empresa y que cuidan y forman a sus equipos. No son solo empresarios exitosos que crean puestos de trabajo, sino que contribuyen, al mismo tiempo, a mejorar el mundo en el que vivimos y la vida de otras personas. Todas estas cualidades son comunes a todos nuestros galardonados, que en cada edición nos permiten conocer la grandeza de esta provincia a todos los niveles, empresarial, asociativo, cultura y social”. 



Uno de los premios más especiales fue para José María Rossell, presidente de la cadena hotelera Senator, por su trayectoria empresarial, quien no pudo estar presente por motivos de salud, pero quien envió una carta que leyó su hijo José María, en la que explicó sus inicios hace más de 50 años en el sector del turismo, trayendo el primer vuelo desde  Berlín a Garrucha en 1967, gestionando el Hostal Costablanca y el restaurante Los Arcos y se mostró orgulloso de ser la cadena española más recomendada por las familias”.



También recibieron premio la empresa exportadora de escarolas, con sede en Cuevas, Cuadraspania; el grupo industrial Pan Hidalgo. Y recibieron distinciones la Plataforma Solar de Tabernas, la Casa Nazaret, que acudió con sus frailes, el deportista Carlos Tejada Rovira. Y también hubo una distinción especial para la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) que recogió su presidente Javier González de Lara. 


El hombre que estaba sin estar
Sin estar, estaba; sin aparecer por su hotel, el Playadulce, donde le hubieran aplaudido a rabiar, se percibía su resuello. Rossell, más de 50 años custodiando huéspedes, abriendo destinos, organizando vuelos a Londres o a Hamburgo, no pudo estar cuando era el actor principal de la película. De su película. La del hijo de un maestro de escuela que soñó con ser director de un Hilton y que ha terminado coleccionando hoteles. Rossell, con su carácter seco, de ampurdanés, ha insuflado riqueza y empleo en una tierra que no era la suya -ya sí- y ayer era su día.  Nunca quiso ser mediocre, nunca se conformó. Ese es su éxito. El éxito del Gran Rossell. 

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