Jueves Santo en Almería es, con demasiada frecuencia, sinónimo de lluvia; y lluvia en Semana Santa equivale a nervios e impotencia ante la posibilidad de que el trabajo de todo un año no tenga la recompensa deseada. De aquellos tres jueves que había en el año que relucían más que el sol, ya sólo nos queda éste; y raramente se cumple en Almería. Ayer fue mitad y mitad: mañana pasada por agua (bueno para los agricultores) y tarde de sol (bueno para los cofrades). Y todos contentos.
A las nueve de la noche, hacía el tiempo soñado para procesionar: ni un soplo de viento ni una gota de agua. Pero la mañana... ¡ah, qué mañana! Cuando Alfredo Casas dio paso a este que escribe para contar la última hora del Silencio a los oyentes de ‘Hoy por Hoy’, a su nuevo hermano mayor, Juan Benavides, no le llegaba la camisa al cuerpo. Mirábamos fuera de la iglesia de San Agustín y caían chuzos de punta.
La borrasca no quería irse y, a pesar de que las noticias del popular Cazatormentas eran tranquilizadoras, nadie acababa de creerse que la tarde resultara como, a la postre, resultó: ideal para sacar una procesión.
Bien que lo aprovechó la Cofradía del Santísimo de la Redención en su Sagrado Descendimiento y María Stma. del Consuelo, el Silencio, como popularmente se la conoce en toda Almería. Pasaban cinco minutos de las 9 de la noche cuando el silencio se adueñó de la Rambla Alfareros: salía a las calles de Almería el Silencio, la última Cofradía en procesionar el Jueves Santo. Unos 160 penitentes de riguroso luto componían las filas, mientras que sólo 15 mantillas acompañaban a la Virgen del Consuelo. No acaba de arraigar este acompañamiento en esta Cofradía.
Pronto pudimos ir viendo las novedades que presentaba este 2019 la procesión: una pintura sobre el techo del Palio, dos nuevos candelabros de cinco brazos para la candelería de la Virgen, una túnica verde bordada en oro para San Juan, tul de encaje del siglo XIX para la Virgen y los sones de una nueva marcha dedicada a Ella por Santa Cruz: ‘Entre tus manos, mi Consuelo’.
El espectacular paso del Descendimiento iba ornamentado con iris morados y lo acompañaba la música de capilla de Sacra Redemptio. El paso de la bellísima Virgen del Consuelo llevaba mayoritariamente rosas de colores pálidos y procesionaba a los sones de la Banda ‘La Mezquita’ de Alboloduy.
La noche se presentaba esplendorosa y miles de almerienses contemplaban el cortejo que pronto ganó el casco antiguo para entrar en Carrera Oficial a la medianoche ya del Viernes Santo.
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