El obispado se adapta a la falta de sacerdotes y cambia el ‘mapa’ de la Diócesis

El obispo de Almería firmaba este 25 de julio, día de Santiago, un decreto por el que se ejecuta el mayor cambio organizativo de la Diócesis de Almería de los últimos 15 años. Todo para aceptar y adaptarse a un hecho difícilmente discutible que el propio Gómez Cantero reconoce en el decreto: "La realidad social y pastoral de nuestra diócesis ha cambiado, con una mayor despoblación de las zonas interiores y el crecimiento de la zona costera".

El cambio no es otro que la reformulación por completo del mapa de la Diócesis. Antes de adentrarnos en los cambios realizados por Gómez Cantero, se hace necesario explicar algo que el propio obispo desmenuza en su decreto: "Para facilitar la misión pastoral y la mejor coordinación de las acciones comunes, las parroquias cercanas se unen en distintos arciprestazgos", en los que laicos y sacerdotes "han de caminar unidos como Iglesia sinodal". Además, "la programación pastoral de nuestra diócesis 2023-2025 incide también en que los arciprestazgos han de ser espacios de sinodalidad, de encuentro y comunión donde compartir las acciones misioneras que ayuden a anunciar el Evangelio en nuestra sociedad".

Hasta ahora, el mapa diocesano de Almería ha pasado por distintas etapas y la última fue aprobada en 2009, cuando Adolfo González Montes configuró una Diócesis compuesta por doce arciprestazgos. Ahora, Gómez Cantero cambia por completo esta división, dejando esas unidades que componen la Diócesis en solo nueve, en una reorganización que tiene en cuenta un factor de peso en la Iglesia católica actual: "La disminución del número de sacerdotes, que exige una nueva ordenación de los arciprestazgos de nuestra diócesis formados por un mayor número de comunidades parroquiales y sobre todo mayor número de sacerdotes para facilitar el trabajo en equipo común".

Los cambios

Para esta reorganización se han buscado, entre otras cosas, "zonas con similitudes culturales", tal y como explica a LA VOZ el vicario general, Ignacio López, así como "reducir distancias dentro de los propios arciprestazgos". 

Uno de los cambios más llamativos se ha producido en la capital, que pasa de estar dividida en tres zonas a estarlo en solo dos. "Ante la despoblación del centro de Almería capital y la expansión de la población hacia el este de la ciudad con la urbanización de la enorme extensión de la Vega de Acá, los tres arciprestazgos existentes se agrupan en dos nuevos, siendo la Carretera de Ronda el eje que los delimita hasta la rotonda de La Magnesita: el Arciprestazgo “Virgen del Mar” (Almería Oeste) y el Arciprestazgo “Mártir Diego Ventaja” (Almería Este) en el que se integrarán las nuevas parroquias que se erijan en la Vega de Acá", detalla el decreto.

"Tres arciprestazgos en la ciudad era demasiado. Al simplificarlo en dos, está la zona centro y la zona de expansión y sumamos más sacerdotes en cada arciprestazgo", explica el vicario general.

Además de la supresión del tercer arciprestazgo de la capital, desaparecen otros dos de la provincia: el de Filabres-Nacimiento y el del Río Andarax.

Para repartir en otras zonas las parroquias que conformaban antes estas áreas pastorales de la provincia, el obispado ha hecho los siguientes movimientos: las parroquias de Sorbas, Lucainena de las Torres, Lubrín y Uleila del Campo se incorporan al aciprestazgo de Vera; las de Fiñana, Abla, Abrucena, Las Tres Villas, Nacimiento, Gérgal, Tabernas, Castro de Filabres, Olula de Castro, Senés, Turrillas y Velefique, al de San Indalecio; las de Laujar de Andarax, Bayárcal, Paterna del Río, Alcolea y Fondón se suman al de Adra-Berja (que cambia de nombre y pasa a llamarse El Ejido - Alpujarra); y las de Canjáyar, Ohanes, Padules, Almócita, Beires, Instinción, Rágol, Íllar, Huécija, Alicún, Alhama de Almería, Santa Fe de Mondújar, Terque, Bentarique, Alboloduy, Alhabia, Santa Cruz de Marchena y Alsodux se suman al de San Indalecio.

Por su parte, las parroquias de Zurgena y Arboleas se suman al arciprestazgo de Los Vélez-Huércal-Overa, mientras que los arciprestazos de Roquetas de Mar y Campo de Níjar mantienen sus límites actuales.

De esta forma, tal y como explica López Román, se han establecido los cambios "atendiendo a la realidad diocesana y social". Así, detalla el vicario general, Laujar estaba en el arciprestazgo del Andarax, algo que tiene sentido en relación con el río, pero que no encaja con la vida de sus habitantes, que miran más hacia el área del poniente, "y hemos dado un sentido un poco más adecuado a la realidad social". Lo mismo sucede con el área de Tabernas, donde "había grandes distancias y pocos curas, y se ha unido esa zona de Padules hacia abajo junto con Tabernas, Fiñana, Abla.. Hay una montaña en medio, pero tenemos la autovía".

En definitiva, tal y como explica el vicario general de la Diócesis de Almería, "la idea es la operatividad: que haya más curas y algo de sentido común a la hora de configurar cada zona".

La trayectoria de los arciprestazgos de Almería

El propio decreto describe la cronología de los arciprestazgos de la Diócesis de Almería desde que esta se configura, en 1957, con los actuales límites (los de la propia provincia). Fue entonces cuando se establecieron nueve de estas zonas, hasta que veinte años más tarde, en 1987, se revalorizaron los arciprestazgos que quedaron ordenados en once: se desmembró el Arciprestazgo Mayor de la capital en Almería n. 1, Almería n. 2, y Almería n. 3, con los de Adra, Berja, Níjar, Río Almanzora, Río Andarax, Roquetas de Mar, Vera, y Los Vélez.

Ya en 2004 fueron modificados los límites arciprestales existentes "buscando un mejor acomodo a la extensión y variedad de la condición humana y pastoral de las distintas comarcas de nuestra diócesis", modificación que fue posteriormente precisada en 2009 para ajustar las distintas parroquias existentes en un mismo municipio dentro del mismo arciprestazgo, fijando su número en doce: Adra-Berja, Almería n. 1, Almería n. 2, Almería n. 3, Alto Andarax, Filabres-Nacimiento, Los Vélez/Huércal-Overa, Níjar, Río Almanzora, Roquetas de Mar, San Indalecio, Vera.

Tal y como señala Ignacio López Román, "no acababan de funcionar, había algunas dificultades, había sobrecarga de trabajo" y esos son algunos de los motivos para el cambio vivido ahora, para que "los arciprestazgos funcionen y se trabaje en equipo".