Poesía, prosa y canto en el XVI Pregón Rociero de Garrucha

El encargado este año de la lectura del pregón ha sido Sebastián Pelegrín, hermano de Águilas

Aspecto del Templo durante el pregón.
Aspecto del Templo durante el pregón. G. Ruiz
G. Ruiz
19:02 • 30 abr. 2024

Poesía, prosa y canto es lo que se vivió en el Templo Parroquial de San Joaquín de Garrucha en el XVI Pregón de la Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de la localidad.



Varias fueron las actividades que dicha Hermandad realizó durante toda la semana como preámbulo del Camino que emprenderán los rocieros garrucheros a la Aldea Almonteña por Pentecostés.



Tras el Triduo en Honor a la Reina de las Marismas, en el cual se impuso la medalla a los nuevos hermanos, tuvo lugar el sábado una emotiva jornada con la celebración de la Santa Misa, oficiada por el párroco de Garrucha y consiliario de la Hermandad, José María Parra Verdú, y cantada por el coro de la Hermandad, culminando con la presentación de un sello de correos con la imagen del Simpecado de la Hermandad y del cartel oficial de la Peregrinación de este año a la Aldea, obra del Mayordomo de la Hermandad, Francisco Requena.



Seguidamente tuvo lugar la lectura del Pregón Rociero, que estuvo a cargo de Sebastián Pelegrín Rodríguez, hermano de la Hermandad del Rocío de la localidad murciana de Águilas, que anteriormente fue Hermano Mayor de la misma.



Se encargó de presentarlo Juan José González Jerez, hermano de la Hermandad de Garrucha y que también fue Hermano Mayor, exponiendo una breve biografía del pregonero y como se forjó la devoción rociera del mismo, finalizando la presentación con un emotivo canto hacia su persona.



El pregón comenzó con una petición de ayuda del pregonero a la Santísima Virgen del Rocío, dirigiéndose al Simpecado de la Hermandad de Garrucha. Agradeció a la hermana Mayor y Junta de Gobierno que hubiesen contado con él para dicho pregón. Un pregón en el que expuso datos de su infancia y de su proceso hasta tener la gran devoción que ahora tiene, y de momentos vividos en el camino hacia la ermita.



Un pregón en el que hubo una perfecta simbiosis de poesía, prosa y canto, con constantes referencias a la Virgen, en este caso bajo la advocación del Rocío. Para ello, contó con la inestimable ayuda de su buen amigo Dimas Molina, al cante y a la guitarra, y del propio hijo del pregonero, Jesús Pelegrín, con la gaita y el tamboril. Al finalizar, la Hermana Mayor, Noelia Hernández Carretero, hizo entrega de un obsequio al pregonero, a su presentador y al autor del cartel de la Romería de Pentecostés y el pregonero también tuvo un detalle con la persona que lo había presentado. Como colofón de la noche, todos los hermanos que quisieron tuvieron una cena de hermandad y convivencia en honor al pregonero.




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