La preocupación ciudadana por la sequía incrementa el uso responsable del agua

Hasta el 40% de las zonas terrestres del planeta se encuentran degradadas, según Naciones Unidas. Desde el año 2000, el número y la duración de los períodos de sequía han aumentado un 29% y, si no se toman medidas, podrían afectar a más de tres cuartas partes de la población mundial en 2050. 

La compañía Aqualia, una empresa comprometida con la sostenibilidad, ha publicado el V Barómetro de Conductas Sostenibles, basado en datos obtenidos de miles de test realizados por ciudadanos en el Sosteniblómetro, una herramienta lanzada por Aqualia en junio de 2022, permite a los usuarios medir la sostenibilidad de sus hábitos cotidianos.

Este informe muestra una mejora en los hábitos relacionados con el uso y consumo del agua en la vida diaria de los españoles, un aspecto crucial para combatir la sequía. El V Barómetro de Aqualia destaca que el 100% de las personas consultadas afirma cerrar el grifo de la ducha mientras se enjabona, en comparación con el 93,3% del estudio anterior. 

Además, el mismo porcentaje cierra el grifo del lavabo mientras se cepilla los dientes, pone el lavavajillas solo cuando está lleno y revisa que los grifos de casa no tengan fugas. Asimismo, un 87% de los encuestados descongela los alimentos sin usar agua caliente, y un 93% evita tirar toallitas al inodoro, previniendo obstrucciones en las redes de saneamiento.

A nivel provincial, el ranking de "provincias más sostenibles" del Sosteniblómetro señala que los ciudadanos de Asturias, Cuenca, Jaén y Córdoba son los que han demostrado tener comportamientos más sostenibles hasta la fecha. Sin embargo, Almería también se destaca por su creciente conciencia ambiental y la adopción de hábitos sostenibles, contribuyendo significativamente a los esfuerzos nacionales para mejorar la gestión del agua y reducir la huella ecológica.

Aqualia, certificada por AENOR por su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), destaca la importancia del agua como motor de cambio para impulsar una sociedad más justa y sostenible, uno de los grandes desafíos de la Agenda 2030. La provincia de Almería, con su clima árido y su dependencia crítica del agua, representa un ejemplo significativo de cómo las prácticas sostenibles pueden marcar la diferencia en la lucha contra la degradación ambiental y la sequía.