Las playas de Almería y los fondos marinos de su litoral y, especialmente, los del Cabo de Gata son los aspectos más conocidos y los que, junto a su bonanza climática, suponen el mayor atractivo de la provincia a la hora de promocionarse y atraer turistas. Pero esto parece que está cambiando y otras zonas comienzan a posicionarse como destinos turísticos interesantes.
Este es el caso del desierto de Tabernas y de la sierra de los Filabres que aparecen como una de las 52 rutas de la España desconocida para pasar un fin de semana elegida por la revista Hola Viajes, una publicación especializada que sólo saca dos números al año con una selección de destinos muy trabajada.
Bajo el titulo ‘Del desierto a las estrellas’ la revista describe como “cruzando el desierto de Tabernas se descubre el paisaje más insospechado de la provincia almeriense, de altas montañas, pinares y blancos pueblos de estirpe morisca. En la cima, el mayor telescopio de Europa (continental). Y al otro lado de la sierra, el verde valle del río Almanzora y las canteras de mármol de Macael, de las que salieron los leones de la Alhambra”.
A partir de ahí, el reportaje recorre la zona desde Tabernas y sus pueblos del Oeste, sus ramblas blanquecinas y áridos paisajes escenario de películas famosas, hasta llegar a Serón y sus Menas.
Montaña y mar
na parada especial merece el observatorio de Calar Alto ubicado en un lugar que fue elegido “por su altura, sus cielos despejados y aire puro, lo cual también es bueno para otear el panorama diurno, que es inmenso y especialmente bellos hacia el sur, donde la mirada abarca desde Sierra Nevada hasta el Mediterráneo, pasando por el campo lunar de Tabernas”.
Tal y como recoge Andrés Campos, autor del reportaje, “pocos miradores habrá en el mundo que dominen como este mar, desierto y alta montaña. Y encima, las estrellas”.
El pasado minero de la comarca se convierte en protagonista cuando “se descubre con un escalofrío el antiguo poblado de Las Menas”. Y una vez allí, la revista da cuenta de otro lujo de esta zona almeriense: el “millón y medio de jamones serranos e ibéricos” que salen todos los años de los secaderos de Serón.
Para terminar, el reportaje da cuenta de los pueblos blancos de aire ‘moruno’ como Bayarque o Bacares, “conocido como la perla escondida de la sierra de los Filabres, la vega del valle y las cumbres de la sierra de Las Estancias. Mención a parte tienen las canteras de Macael de donde salió el mármol utilizado en la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba.
La pizarra, herencia de los gallegos
Junto a los pueblos blancos de empinadas calles y aire morisco, en la sierra de los Filabres hay un elemento único: la arquitectura basada en la pizarra. Se trata de una forma de contrucción tradicional ligada a la colonización de gallegos tras la Reconquista. “La pizarra es un lujo, pero difícil de extraer y trabajar”, explica el alcalde de Castro de Filabres, Francisco Martínez Sola. Precisamente, este municipio trabaja para recuperar este estilo propio y casi único que fue abandonándose a partir de los años 70. Por eso, este alcalde quiere que Senés, Velefique, Olula de Castro y su propio pueblo se conviertan en Conjunto Histórico del Paisaje Cultural en la Sierra de los Filabres.
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