Desde principios del pasado mes de noviembre, la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía trabaja en la restauración de la cubierta vegetal de la zona del pinar de Alhama de Almería, quemada en el siniestro acaecido en 2014. Actuación que sería el primer paso para la recuperación de las áreas afectadas de la Sierra de Gádor.
En concreto, esta actuación llevada a cabo por la Consejería de Medio Ambiente se localiza en las laderas Sur y Este del Cerro Sacromonte. Se trataría así de un área de elevado impacto paisajístico, visible desde la carretera autonómica A-348 en su acceso al núcleo de Alhama de Almería, y atravesada por sendas de uso público que recorren el área que se quemó.
Su recuperación
La intervención a realizar en este espacio natural, que generará 1.180 jornales, tiene como principal objetivo potenciar la regeneración natural de la vegetación. Para ello, se ejecutarán actuaciones que reduzcan los daños por erosión y mantengan el potencial biológico del suelo. Trabajos que se realizan sobre una superficie de 37,08 hectáreas, y cuentan con una inversión de 150.586 euros.
De este modo, el proyecto contempla la construcción de fajinas por curvas de nivel, con el fin de reducir la velocidad superficial del agua de escorrentía y, en consecuencia, su capacidad erosiva. Elementos que, a la vez que actúan como freno, servirán para convertir estas zonas donde se instalen en áreas recolectoras del agua superficial y de sedimentación de los sólidos en suspensión.
Así pues, para la construcción de las fajinas, los operarios están utilizando los fustes y las ramas de los árboles quemados; con lo que reducen el impacto que la extracción de los mismos produciría sobre el suelo y el regenerado natural.
Y es que, desde que se produjo el siniestro, la Junta ha estado realizando tareas de seguimiento para analizar la evolución de la vegetación afectada y elaborar una cartografía del potencial de regeneración. En este sentido, en el área propuesta para el inicio de las actuaciones, los afloramientos rocosos y las elevadas pendientes dificultan esta regeneración. Así, con la construcción de las fajinas y con base en su efecto hidrológico, se generarán áreas que faciliten, en un primer momento, la implantación natural de la vegetación.
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