Roquetas de Mar

El conflicto en Urbaser amenaza con una huelga de basura a partir del día 16

Ayuntamiento y trabajadores deciden reunirse esta semana para intentar llegar a un acuerdo

Trabajadores de Urbaser, ante el Ayuntamiento de Roquetas, tras la manifestación de ayer.
Trabajadores de Urbaser, ante el Ayuntamiento de Roquetas, tras la manifestación de ayer.
E. de la Torre / La Voz
22:17 • 31 jul. 2017

Van a seguir negociando, pero la amenza de que en un par de semanas Roquetas de Mar sufra las consecuencias de una huelga de basura sigue en pie. Así lo ha confirmado el presidente del sindicato, CSIF Almería, Juan Fernández, después de la reunión mantenida con el alcalde de Roquetas, Gabriel Amat, el concejal de Recursos Humanos, José Juan Rodríguez, y el de Economía y Hacienda y Aseo Urbano, Pedro Antonio López.




Una reunión que tenía lugar ayer, tras la manifestación de los trabajadores de la empresa Urbaser para exigir la negociación inmediata del convenio colectivo, el cual lleva bloqueado desde su vencimiento en diciembre de 2015. 




Habrá nuevas reuniones, pero de no llegar a un acuerdo, se pondrá en marcha una campaña de movilizaciones que culminará con una huelga de basuras que dará comienzo el próximo 16 de agosto, según se fijó en Asamblea general de los trabajadores.




Viejo problema
El problema viene de lejos, ya que los más de 250 trabajadores de la empresa concesionaria del servicio de recogida de basuras del municipio habían solicitado desde principios de 2016, a través de su Comité de Empresa, la constitución de la mesa de negociación para fijar las nuevas condiciones laborales de los trabajadores, bloqueadas desde hace un año y medio como consecuencia de la salida de la nueva licitación de servicio de recogida de basuras por parte del Ayuntamiento.




Finalmente, en el mes de junio, se constituyó la mesa negociadora en la cual el Comité de Empresa presentó su propuesta para el convenio. “Sin embargo, dos días después, el Ayuntamiento de Roquetas llevo a pleno la aprobación de la nueva adjudicación del servicio de recogida de  basuras de la localidad con el correspondiente nuevo pliego de condiciones”, aseguran desde el sindicato.




Por tanto, el problema radica ahora en que las empresas que han presentado su oferta para quedarse con el servicio lo han hecho en base a unas condiciones que no son las que los trabajadores están dispuestos a aceptar.




Subida salarial de un 4%
Así, según Fernández, en el pliego de condiciones de la licitación “no se recoge la recuperación del poder adquisitivo, ya que los salarios están congelados desde 2011, con una subida salarial de en torno al 4%”. Otro de los puntos complicados es que “la empresa tiene que tener 155 trabajadores con contratos indefinidos, pero desde hace años no se cubren las jubilaciones, de forma que ahora hay unos 125 y el resto de las vacantes se cubre con personal de la bolsa de trabajo. Esto supone un beneficio escondido para la empresa”, explica el presidente de CSIF. 




“Somos conscientes de que el Ayuntamiento tiene un problema, pero alguien tiene que meterle mano. Los trabajadores no pueden seguir siendo los que paguen”, asegura Juan Fernández. Amat se ha comprometido a incluir algunas de las cuestiones planteadas, “pero si suponen un cambio en las condiciones económicas del pliego que se ha licitado, hay que hacer una modificación y eso supone nuevos plazos y más retrasos”. En cualquier caso, parece que Amat quiere una solución.


“El demonio se esconde en los detalles”
Aunque el presidente de CSIF Almería, Juan Fernández agradece la disposición del Ayuntamiento de buscar soluciones, tiene claro que, de momento, la convocatoria de huelga va a seguir en pie. “Ya se sabe que el demonio se esconde en los detalles. Una coma mal puesta cambia el sentido de todo, así que no vamos a desconvocar la huelga hasta que tengamos el documento y lo hayamos firmado”.


Mientras, los partidos de la oposición en el ayuntamiento han mostrado su apoyo a los trabajadores de Urbaser y exigen a Gabriel Amat que intervenga para evitar una huelga en plena época turística, con el perjuicio que podría causar no solo a los vecinos, sino a todo el sector hostelero.



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