La cosa pinta mal; Almería afronta el nuevo año hidrológico, que se abrió el pasado día 1 de octubre, con un déficit hídrico cifrado por la Mesa del Agua en 191,8 hectómetros cúbicos. El riesgo es evidente, se pueden perder cosechas por el simple hecho de no poder plantar.
La Mesa del Agua denuncia una situación que califica de insostenible para el que es el primer pilar de la economía almeriense. Y mediante un juego de palabras encuentra dos responsables: el déficit hídrico y el déficit ‘polhídrico’ porque si los regantes están haciendo los deberes, los políticos suspenden en los suyos.
Sequía mental
José Antonio Fernández explicaba ayer que la provincia y sus regentes se enfrentan con la ‘sequía mental’ de los representantes políticos y de las administraciones central y autonómica: “sólo así se explica que los trasvases no se ejecuten, que una desaladora como la de Cuevas, que se averió a causa de una riada en 2012 siga sin ser reparada, o que no se resuelva la concesión de las aguas regeneradas de Almería a los regantes del Andarax.
Esos casi 192 hectómetros cúbicos de déficit cifrado por los regantes tienen más causas, entre ellas el no aprovechamiento de las aguas depuradas de municipios como Roquetas, Vícar, El Ejido o Níjar, la ausencia de la desalobradora de la Balsa del Sapo, el abandono de la desaladora de Rambla Morales o la escasa utilización de otras como las de Balerma o Almería.
La situación es tan difícil que los regantes se muestran dispuestos a sacar de sus bolsillos dinero para hacer frente a algunas de esas inversiones, por ejemplo la financiación de la desalobradora de la Balsa del Sapo, en la que ya plantean invertir los ocho millones de euros que cuesta.
Las comarcas
En el análisis por comarcas se salvan relativamente las del Poniente y Níjar, sobre todo porque en ellas se está contando con el aporte de las desaladoras y porque gozan de una situación más estable en cuento a nuevos regadíos.
Los que peor lo están pasando son los del Almanzora, penalizados con 80 hectómetros cúbicos menos de agua por la suspensión de los trasvases del Tajo y del Negratín por el bajo nivel de agua acumulada en esas cuencas. Un foco de conflicto se registra en el área de Tabernas-Sorbas, donde la extensión de regadíos superintensivos está castigando con dureza las existencias de los acuíferos.
Prioridades
La Mesa del Agua ha planteado diez actuaciones prioritarias para resolver ese déficit hídrico que van desde la utilización de aguas regeneradas en toda la provincia, la construcción de la autovía del agua, la ampliación de la capacidad productiva de las desaladoras o la traída de agua de la presa de Rules.
Hay prisa para poner en marcha esas u otras actuaciones, y el recelo hacia políticos y administraciones crece porque “no hay actuaciones rápidas, agilidad ni compromiso y eso causa indignación”.
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