En los tiempos que corren, más que de un cuento con moraleja y final feliz, lo sucedido en Purchena con el fomento de la lectura es más propio de una novela de ficción. En la época de las ‘tablets’ y los ‘smartphones’ como uno de los medios de entretenimientos (o más bien distracción), este pueblo de casi 1.700 habitantes situado en el Valle del Almanzora acaba de crear su segundo club de lectura infantil.
No es tan solo un club más. Es el sexto club de lectura que se crea en Purchena y se une así a un segundo club de lectura juvenil nacido el pasado año 2017. Son los últimos grupos conformados para compartir la pasión por los libros en este pueblo y que se unen a los ya creados hace años de infantil, juvenil y adultos.
Origen del éxito
En este caso y, al contrario que en alguno de los relatos que hayan podio leer los más pequeños de esta localidad, no hay ningún hada madrina que haya provocado esta situación de la nada, creando por arte de magia una afición por la lectura y por conversar sobre ella entre los vecinos. La iniciativa tiene nombre propio y ese es el de Manolo Sola, técnico de Cultura en esta localidad. Pese a su humildad a la hora de reconocer estos logros, solo cabe destacar un dato. Y es que, cuando llegó a su actual puesto, no había ni un solo club de lectura en el municipio.
“Fue hace quince años cuando hice el primer club de lectura juvenil y solo tuvimos ese los primeros años”, recuerda Manolo Sola. Nueve años después, en 2012, decidió crear un club de lectura adulto llamado ‘Aljibe’ y, a partir de ahí, esta bola de nieve cultural fue creciendo hasta llegar a los seis clubes con un total de 95 miembros.
Preguntado por las claves que han logrado un éxito sin precedentes a la hora de fomentar la lectura, el técnico del Ayuntamiento considera que uno de los aciertos ha sido el de mostrar que leer es algo activo.
“Muchas veces se piensa que la lectura o los lectores son algo pasivo; te sientas y ya está. Pero lo que le gusta a los buenos lectores es compartir la lectura y cuando descubren que hay posibilidad de participar en un club en el que una vez a la semana comparten su experiencia, la gente se anima”, detalla.
Dinámicas variadas
En el caso de los niños y los jóvenes las actividades varían. “Con dinámicas totalmente diferentes conseguimos que la lectura sea divertida para los niños”, asevera Sola antes de enumerar las diferencias entre unos clubes y otros. “Los adultos quieren participar y en cuanto hay un coordinador que les anima todos hablan. Con los jóvenes y los niños un club en plan debate no funciona. Hay que utilizar dinámicas como juegos con el libro, la posibilidad de utilizar el dibujo, ver algún tipo de vídeo relacionado, que el coordinador les cuente una parte del libro y ellos tengan que descubrir la siguiente...” relata antes de agradecer a otras entidades como el Área de Cultura de Diputación o el Centro Andaluz de las Letras su ayuda.
Lejos de tocar techo, el impulsor de los clubes reconoce que ya tiene nuevas solicitudes de ingreso pendientes para admitir nuevos miembros y para formar un nuevo club, aunque esto deberá esperar a que haya voluntarios que le ayuden en esta tarea, ya que él coordina cinco de los seis creados. Bendito problema,
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