“Mi hijo fue asesinado. Lo tengo clarísimo. Pero un año después del crimen solo tenemos mentiras y contradicciones de los imputados mientras Joaquín sigue desaparecido”. No ha pasado un año sino diez desde que Joaquín Fernández García desapareciera cuando tenía 23 años sin dejar ni rastro.
Su padre, Joaquín Amills, denunciaba con las palabras descritas lo ocurrido con su hijo en una entrevista concedida al periódico El Mundo en 2009, un año después de que se perdiera la pista de Joaquín cuando robó una embarcación con otro joven para participar en una operación relacionada con el tráfico de drogas.
Sentencia
Una década después se conoce prácticamente lo mismo que entonces sobre la desaparición de Joaquín: nada o muy poco de lo ocurrido aquel 11 de septiembre. Lo cierto es que hace dos años, el Juzgado de lo Penal Número 2 de Almería concluyó que el joven desapareció cuando intentaba alcanzar la costa “a nado” junto a otro joven que sí pudo ser rescatado después de que la embarcación en la que viajaban para participar en el transporte de un alijo de hachís se quedara sin combustible.
Los enjuiciados respondieron “sin dudar”, según recogía la sentencia de 2016, que Joaquín no pudo ser rescatado, por lo que el juez absolvió a la persona que viajaba junto a él ante la falta de “prueba de cargo” alguna “que permita afirmar la intervención de terceras personas en la desaparición”. Esto no quiere decir que durante el largo proceso judicial terceras personas no se hayan visto involucradas en el mismo. De hecho, en septiembre de 2008, poco después de la desaparición, un vecino de Carboneras fue detenido por un presunto delito contra la salud pública en grado de tentativa, otro presunto delito por robo de vehículo a motor y por un presunto delito de omisión del deber de socorro, del que finalmente quedó absuelto.
Es la conclusión de un caso que, sin embargo, de puertas afuera de los juzgados, está lejos de concluir. Al menos mientras el padre del desaparecido, Joaquín siga en pie la búsqueda del joven desaparecido en el mar y de otras tantas personas no cesará, ya que Amills ha sido el responsable de crear la asociación ‘SOS Desaparecidos’. Desde este colectivo se da difusión a decenas de casos de desaparecidos valiéndose en gran medida de las redes sociales.
Joaquín Fernández forma parte del 8% de desaparecidos que nunca aparecen según los datos del Ministerio del Interior, aunque la plataforma SOS Desaparecidos elevaba recientemente este porcentaje hasta el 12%. El padre del desaparecido, Joaquín Amills, fundó dos años más tarde del fatídico suceso, en 2010, la asociación SOS Desaparecidos “para prestar ayuda, en la medida de lo posible, a las familias que se ven en una situación como la que viví”, explicaba recientemente en declaraciones a este periódico.
En la misma entrevista, Amills entiende que la traumática experiencia por la que pasó le hizo ver “los grandes fallos que se cometían en casos de desaparición” y “la soledad de las familias”. “Nadie está preparado para algo así”, admitía. Por eso, desde 2010, ha prestado su ayuda a incontables familias de manera personal. Tan personal, como que es el encargado de responder a uno de los números de teléfono de contacto de los que dispone la asociación. Un colectivo que, según los datos del año 2016, atendió un total de 2.061 casos, de los cuales se activó la alerta y se difundieron 688, lo que supuso un 82% más respecto al 2015. De ellos, fueron localizadas en buen estado 451 personas, sin vida 143 y a final del año seguían desaparecidas 94 personas. Casi cien personas que, al igual que Joaquín, forman parte de ese negro porcentaje del 8%.
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