El área comercial que según la asociación ‘Amigos del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar’ provocará un “daño irreparable” en San José será “en realidad un kiosco de refrescos y helados que se instalará en una superficie de 131 metros cuadrados”, tal y como ha informado el Grupo Playas y Cortijos, propietario de los terrenos y promotor del proyecto, que también contempla la construcción de 11 casas, no una veintena, como denuncian los ecologistas. Además, tres las viviendas serán de protección oficial.
Para empezar, los propietarios no comprenden que se les venga a “criminalizar”, poco menos que dando a entender que el proyecto no es legal, “cuando se va a realizar en el casco urbano de San José y en zona urbanizable”, algo que por sí mismo y a su entender, debería ser suficiente para no provocar ninguna polémica, teniendo en cuenta, además, que “respeta escrupulosamente la normativa urbanística del Parque Natural”.
Los promotores han mostrado a este diario el proyecto, que se realizará en una zona de San José que da acceso a las playas de Génoveses y Mónsul, y que ha sido "admitido a trámite por el Ayuntamiento, al cumplir con las normas urbanísticas”, explica Iván García, director general de Playas y Cortijos.
Ni él ni su empresa se explican tampoco cómo es posible que la asociación conservacionista denuncie “una grave alteración del paisaje natural y el colapso de los arenales, cuando se trata de una zona urbana que se encuentra a dos kilómetros de las playas”.
Además de que las casas construidas, unifamiliares, serán la mitad de las ‘denunciadas’ por los ecologistas, y de insistir en que se trata de una zona urbanizable, por lo que el proyecto es “totalmente legal”, García destaca que la superficie de la “zona comercial” a la que se refiere la asociación solo permitirá la instalación “de un único negocio”.
Atención a bañistas
Aunque los promotores todavía no tienen la certeza absoluta de cuál será este negocio, y si lo gestionarán ellos mismos u otra empresa, su intencón es que sea “un kiosco de venta de agua, refrescos, bocadillos y helados, puede ser que con una pequeña terraza, para atender a la gente que acuda a las playas”.
La empresa promotora no solo entiende que el proyecto ha sido sobredimensionado por la asociación, sino que también se apoya en “falsedades, y sobre todo, demuestra un total desconocimiento del proyecto”, continúa García. “No nos explicamos, por ejemplo, que digan que las viviendas y la ‘zona comercial’, es decir, el kiosco, supondrán la pernoctación de un número considerable de visitantes”. “¿Se refieren a los que dormirán en las 11 casas o en el kiosco?”, se pregunta irónicamente Iván García, quien se sorprende de que se reclame el estudio de "posibles repercusiones sobre la calidad del aire, contaminación acústica y contaminación lumínica durante la fase de explotación del establecimiento turístico".
Y es que las alegaciones presentadas al proyecto están plagadas de “disparates”, según la propiedad, entre los que también se encuentran la calificación de “zona virgen” del lugar donde se construirán las casas. “De ser así, cualquier solar de cualquier ciudad sería una zona virgen”, advierte García, quien ha querido invitar, a través de este medio, a los miembros de la Asociación de Amigos del Parque a que visiten las instalaciones de la empresa y puedan recibir una información veraz del proyecto.
En suma, el Grupo Playas y Cortijos lamenta que Amigos del Parque haya generado una “confusión injustificada” con un discurso “demagógico y sensacionalista, y unas alegaciones que, por su desconocimiento, no se ajustan a la realidad, y que a su entender sobredimensionan y falsean el proyecto.
“Igual tendrían que estudiar un poco de historia, con lo que podrían conocer que los propietarios de estos terrenos -familiares y herederos de doña Paquita- son ‘responsables’ de haber conseguido que esta zona del parque natural haya respetado el ecosistema desde hace muchas décadas”. Y añade que la empresa y sus responsables han recibido multitud de reconocimientos precisamente por su trabajo en la protección del medio ambiente.
Entre ellos se encuentran el Premio al Desarrollo Sostenible, el Premio Andalucía Medio Ambiente, o la declaración de doña Paquita como Hija Predilecta de Andalucía.
De hecho, Playas y Cortijos, propietaria de una finca de 3.500 hectáreas y 17 kilómetros en esta zona, ha llegado a rechazar proyectos millonarios en el pasado que a su entender harían daño al medio ambiente. Entre ellos se encuentran, como apunta Iván García, la oferta recibida hace más de 40 años, cuando no la zona no estaba protegida como parque natural, "de muchos ceros para acometer un proyecto urbanístico con campo de golf ”. “Y hoy se mantienen los mismos criterios conservacionistas, tanto con cualquier proyecto urbanístico como con una filosofía general de la empresa, que lleva, por ejemplo, a mantener fincas y ganadería ecológicas, a pesar de no ser rentables, aunque sí beneficiosas para el ecosistema”, concluye.
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