La mañana en la que los extraterrestres llegaron a Las Negras

El periodista Ricardo Alba recuerda el 5 de octubre en la cala del Cuervo

Imágenes de los OVNIS avistados en la cala del Cuervo en Las Negras el pasado sábado 5 de octubre.
Imágenes de los OVNIS avistados en la cala del Cuervo en Las Negras el pasado sábado 5 de octubre.
Ricardo Alba
07:00 • 13 oct. 2019

Sentados frente a frente, el hombre asegura que ha tenido contactos con extraterrestres; aún más, que ha visitado Ganímedes, una de las lunas de Júpiter, invitado por Oxalc en su primer contacto personal con esta persona de un metro ochenta de estatura y ojos marcadamente oblicuos, con quien anteriormente había tenido ya comunicaciones telepáticas.



El hombre que cuenta haber estado en Ganímedes tres o cuatro días, que en la Tierra equivaldrían a quince minutos, se llama Sixto Paz, es peruano, y a sus múltiples viajes por este mundo se le añade al menos uno en una nave extraterrestre. Además, y, por si fuera poco, afirma que la muerte no existe.



O se cree o no se cree, no hay medias tintas. Centenares de miles de personas en este mundo lo creen, creen a Sixto Paz, entre ellas el escritor J.J. Benítez. Su obra ‘Ovnis. S.O.S a la Humanidad’, publicada en 1975 tras haber sido testigo de dos avistamientos de OVNIS en Perú, impulsó la creencia de que no estamos solos en el Universo, ofreció cobertura a personas que hasta entonces habían callado sus experiencias bajo el temor de ser tomadas por trastornadas. 






Día 5 de octubre, Las Negras, cala del Cuervo.



Esta es la crónica de una crónica que comienza en una angosta carretera desde la que se divisa una hortensia de sombrillas. A pie de playa, resguardados del impenitente sol bajo los coloridos parasoles, ciento cincuenta personas rodean en círculo a Sixto Paz ataviado con sombrero y una red que le protege la cara de las insoportables moscas. Paz escucha las sensaciones experimentadas por todos y cada uno de los participantes en la sesión de meditación. Él desgrana la interpretación de las distintas percepciones que le plantean. 



La escena contemplada en la cala del Cuervo trae a la mente instintivamente otra estampa bíblica en la que Jesucristo aparece circunscrito de sus apóstoles y los primeros cristianos. Uno se lo pregunta a sí mismo y a Sixto Paz: ¿es usted un nuevo Jesucristo, un chamán, un científico, un charlatán, un profeta, un pastor de almas…? ¿Qué es usted? “La forma de definirlo…, yo diría que es la de un contactado, la de una persona que afirma haber tenido la experiencia del contacto y que logra aglutinar a mucha gente que ha tenido experiencias similares y que están deseosas de contárselo a alguien porque no han tenido la oportunidad de decirlo públicamente. Esta gente viene a pedir que alguien le explique, que les haga entender el proceso que ellos han tenido”. De ahí, de no encontrar respuesta en sus creencias religiosas a las preguntas esenciales en la vida de cualquier ser humano, que un joven Sixto Paz las buscara en otras esferas.



Contacto físico

Se dijo que “si estos seres existen, seguro que tienen una explicación a quienes somos, de dónde venimos, hacia dónde vamos". Resumidamente, Sixto Paz estableció contacto físico con extraterrestres de ambos sexos “al visualizar una fuerte luminosidad de la que surgió una silueta antropomorfa, humanoide, con los brazos en alto. Sobre mí había un objeto con forma de disco con luces blancas. Vi a una persona parada delante de mí, era como de un metro ochenta, robusto, corpulento, ojos oblicuos. Si lo viéramos en la calle nos parecería un turista oriental que podría pasar desapercibido en medio de nuestra sociedad”. El calor en Las Negras es achicharrante, vendría bien un buen vaso de agua.


Quien hablaba mentalmente con Sixto Paz era “Oxalc, el mismo ser que se ha comunicado contigo desde el principio”. Le explicó a Paz, según lo que Sixto cuenta, “esto que tú has atravesado es un Xendra, un umbral en el espacio-tiempo, que anula tu cohesión molecular y tu peso atómico para proyectarte a otro lugar distante seiscientos millones de kilómetros de la Tierra, a Morgen”. Y allí afirma Sixto Paz haber estado. Supo entonces “que son como sesenta razas diferentes que están llegando a la Tierra, porque nosotros somos un experimento sociológico, antropológico y metafísico extraterrestre, vienen a experimentar con nosotros”.




¿Y los ciento cincuenta asistentes al Taller de Meditación? Felices, sumamente felices. Han venido de España, Inglaterra, Holanda y Alemania. Una de estas personas nos relata alguna de sus actividades, como la de hacer mantra con el OM, el sonido del universo. “Hemos hecho una meditación guiada en la que, a través de un túnel mental, Sixto nos ha llevado a una selva hasta identificarnos cada uno con alguno de los tres animales totémicos: un águila o cóndor, una serpiente, y un tigre o jaguar. Hubo afortunados que recibieron mensajes con el aviso de que, si todo se hace bien, existía la posibilidad de podrá haber presencia, o cristales de cesio, o podría haber Xendra”. 


A veces, algunas veces, todo es cuestión de fe. Aceptar teorías o rechazarlas es cosa de cada cual. Así pues, aquí comienza la crónica de la crónica de quienes reflexionen acerca de si sí o de si ni hablar, porque como decía aquel: “yo, creer en Dios no creo; pero a mi Virgen ni me la toquen”.


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